La Unión Europea puso en órbita este viernes los dos primeros satélites de Galileo, un sistema de navegación satelital anunciado como un dispositivo de mayor cobertura y precisión que sus rivales existentes, el estadounidense GPS y el ruso GLONASS.
El cohete ruso Soyuz, que despegó de la Guayana Francesa el 21 de octubre, llevaba dentro la gran promesa de la UE para competir en un sector estratégico en el que, de momento, depende de Estados Unidos, país que hasta 2004 se opuso al proyecto europeo.
Frente a sus competidores controlados por los militares, Galileo se presenta como un emprendimiento civil que a partir de 2014 será capaz de brindar a sus usuarios un servicio más ambicioso que sus rivales.
Galileo operará con 30 satélites a 23.222 kilómetros de la Tierra, una ventaja sobre GPS, que dispone sólo de 24 satélites a 20.2000 kilómetros. La diferencia de altura se traducirá por una inclinación más importante, lo que es muy útil en la ciudad, según el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES). En la práctica, Galileo tendrá un margen de error de un metro, mientras que el del sistema norteamericano es de entre tres y ocho metros.
Financiado en un 100% por la Comisión Europea, Galileo será el único en poseer relojes atómicos, por lo que su precisión será de un segundo entre 3 millones de años.
Los europeos esperan sacar su tajada del mercado mundial de productos y servicios ligados a la radionavegación satelital, que de acuerdo con las previsiones debería alcanzar los 300 mil millones de euros de aquí al 2020, gracias a 3 mil millones de receptores.