La fiscalización sorpresa que realizó la semana pasada el ministro de Salud, Jaime Mañalich, al Hospital San Juan de Dios fue duramente criticada por las organizaciones de usuarios y por los funcionarios de los servicios de salud de Santiago.
La situación, en que incluso habría solicitado la renuncia al director del hospital, y en que sacó pacientes del centro de salud para trasladarlos a una clínica privada fue considerada demagógica y que no resuelve el problema de fondo: la falta de recursos en el sector público.
En ese sentido, Mario Villanueva, vicepresidente de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, Fenpruss, señala que faltan más de trescientos médicos en urgencias, además de especialistas, camas y ambulancias.
Villanueva agrega que debido a las carencias en los servicios de atención primaria ha aumentado la gente que acude a urgencia, pero se trabaja con los mismos recursos. Así sucede en la Posta Central, que pasó de seiscientas atenciones el 2007 a seiscientas el 2010, bajo las mismas condiciones, ejemplifica Villanueva.
Para el dirigente este es un problema que sucede en todos los servicios de urgencia y que se arrastra hace mucho tiempo, y que este gobierno ha profundizado a través de su tendencia a privatizar el sistema, en vez de mejorar las condiciones de atención en consultorios, postas y hospitales.
“No es un problema puntual que se haya producido en el San Juan de Dios, se produce en todos los servicios de urgencia y eso, sin duda, tiene a los chilenos de menores recursos que concurren a las postas indignados porque día a día tienen que vivir la espera, la atención deficiente, la falta de insumos. A su vez, los trabajadores de la salud están extenuados porque deben asumir lo que las autoridades no son capaces de resolver”, señaló Villanueva.
Por su parte, Enrique Molina, presidente de Condesur, agrupación que reúne a 31 consejos de usuarios de los centros de salud de la capital, corrobora esta situación y llama a la unidad entre los afectados para presionar por soluciones al Gobierno.
“Cuando nos derivan a los enfermos a los hospitales nos encontramos que no hay camas, no hay especialistas Es una barbaridad ¿Cuántas personas están en lista de espera, que no sean AUGE?”, sostiene Molina.
En ese sentido, el diputado PPD Marco Antonio Núñez llama a las autoridades y en especial al ministro Mañalich a dedicarse a resolver estos problemas en vez de pedir renuncias y trasladar usuarios al sistema privado.
“Aquí, lo que debe hacerse es terminar con los anuncios estrambóticos de cumplimientos de promesas presidenciales que no lo son porque las listas de espera AUGE continúan y las están escondiendo y dedicarse a hacer el trabajo en serio, a resolver el profundo problema que existe particularmente en los hospitales de la Región Metropolitana”, dijo el parlamentario.
Para las organizaciones, este gobierno busca ahogar el sistema público a favor del sistema privado, lo que argumentan sobre la base de las cifras que las mismas autoridades han informado: el sesenta por ciento del ingreso de las clínicas proviene de la facturación a Fonasa, y que las Isapres aumentaron sus utilidades en 47 mil millones de pesos, un cincuenta por ciento más que el año pasado.