La emergencia química por la fuga de amoniaco de la empresa Los Nobles dejó una víctima fatal, dos heridos de gravedad y más de 160 trabajadores con distinto tipo de lesiones.

Sin embargo, la titular del Trabajo, Evelyn Matthei, respaldó a la empresa asegurando que no tiene un mal historial laboral, ya que en los últimos cinco años tiene sólo dos reclamos, lo que la alcaldesa de Codegua, Ana María Silva, desmintió de inmediato afirmando que ya existían denuncias previas de incumplimiento laboral.

El encargado de la Secretaría Campesina y de los Pueblos Originarios de la Central Unitaria de Trabajadores, José Figueroa, consideró una verdadera “liviandad” los dichos de la secretaria de Estado y apuntó sus críticas a la falta de fiscalización en el sector.

“La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, ha hecho un planteamiento irresponsable al señalar con simpleza que esa empresa era muy limpia, que cumplía con todas las leyes, que no habían reclamos. Queremos decir que hay irregularidades graves al interior de los predios, los paking especialmente en esta temporada porque no hay fiscalizaciones, porque no hay personal en las Inspecciones del Trabajo y no tienen la capacidad para poder cubrir este sector”, enfatizó el dirigente.

Figueroa indicó que esto no es nada nuevo, porque en la provincia de Copiapó se registró un caso similar que tuvo como resultado la muerte de la trabajadora Cecilia Ortíz. También está el accidente de Chocalán en Melipilla, donde Flor María Contreras logró sobrevivir, pero quedó con el 50 por ciento de su cuerpo dañado.

Por su parte, José Manuel Díaz presidente de la Federación de Trabajadores Cordillera, afirmó que el problema va mucho más allá y dice relación con un tema estructural y de capacitación.

“Cuando se produjo el accidente no habían sistemas de seguridad, no habían normativas de evacuación y vinculadas al tema de resguardo de cada uno de ellos. Se puede decir que la empresa está llena de letreros, pero hay un problema de falta de instrucción a los trabajadores y compañeras que laboran en los paking en la utilización de estos. Si esa es una empresa que nos pillen confesados porque se puede prestar para cualquier cosa”, dijo Díaz.

El presidente de la organización campesina Ranquil, Osvaldo Zúñiga, indicó que aquí también hay un ministerio de Salud que no se hace responsable y no tiene claridad de los efectos a largo plazo de este y otros químicos en los trabajadores.

Además, el dirigente campesino estuvo ayer con los familiares del fallecido Luis Figueroa Lizana, y pudo constatar que la familia del joven atraviesa por “una situación muy complicada. La familia se encuentra destrozada, ya que era un joven que tenía 20 años. La madre nos contaba que él estaba lleno de proyectos, por ejemplo, estaba trabajando para continuar sus estudios. La jefatura del paking ayer nos informaba que no era tan grave, que era producto de una histeria colectiva, que casi se trataba de una enfermedad sicológica, cuando en la realidad hay un fallecido”.

El dirigente  sindical advirtió que la excusa de la “histeria colectiva” es históricamente utilizada frente a este tipo de tragedias, lo que afirmó: “ya no puede continuar”. Frente a esto las organizaciones hicieron un llamado  a los trabajadores a alzar la voz para que se incorporen con urgencia al Código del Trabajo las medidas de seguridad necesarias para que esto no vuelva a ocurrir.