Después de cinco años de tramitación parlamentaria, este martes fue aprobada por 30 votos a favor y dos en contra, la ley que endurece las multas a quienes conduzcan en estado de ebriedad.
Esto, después de la eliminación de dos indicaciones: una que obligaba a Carabineros a confiscar el vehículo de los infractores y otra que introducía trabajos voluntarios para faltas leves.
La nueva ley castiga con el retiro definitivo de la licencia de conducir a quienes provoquen la muerte o dejen con lesiones graves a un tercero. Además, deja detenidos a quienes manejen con más 0,3 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que equivale a una copa de vino.
De este modo, se reducen los actuales 0,5 gramos/litro para establecer que una persona está bajo la influencia del alcohol y se baja de un gramo a 0,8 para constatar la ebriedad.
“La nueva ley representa tolerancia cero de verdad. Es una transformación muy importante, porque después de 0,3 ya se pierde capacidad de reacción” afirmó el ministro de Transportes, Pedro Errázuriz.
Mientras, la directora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), Francisca Florenzano, indicó que “ahora viene una fuerte campaña de información con lo que significa la nueva ley para derribar algunos mitos, como los que tienen quienes creen que manejan mejor con alcohol. Estimamos que con la nueva normativa, una de cada diez personas controladas perderían la licencia de conducir por tres meses, porque marcarán sobre 0,3”.
Ahora los ministerios de Transportes y Justicia preparan para marzo el envío de un proyecto que endurece las penas de cárcel y elimina los beneficios para quienes conduzcan en estado de ebriedad y causen la muerte o lesiones graves a terceros.