Países del ALBA plantean no asistir a Cumbre de las Américas

La razón es que, por decisión de Estados Unidos, en esa instancia no está invitada la isla de Cuba. Gobiernos criticaron duramente a Reino Unido por ocupación de las Islas Malvinas.

La razón es que, por decisión de Estados Unidos, en esa instancia no está invitada la isla de Cuba. Gobiernos criticaron duramente a Reino Unido por ocupación de las Islas Malvinas.

Casi inadvertido pasó en Chile el encuentro de las naciones que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA). Pero una de las decisiones de la reunión podría convertirse en noticia en el corto plazo. Ocurre que los jefes de Estado de varios países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua abrieron la posibilidad de no asistir a la Cumbre de las Américas que debe efectuarse en abril próximo en Cartagena de Indias, Colombia.

Esa instancia fue generada por Estados Unidos y a ella no está invitada la isla de Cuba, por lo que ahora varios gobiernos estarían en la línea de no asistir si no se abre la puerta al gobierno socialista que encabeza Raúl Castro Ruz.

El ALBA está integrada por Cuba, San Vicente y las Granadinas, Bolivia, Antigua y Barbuda, Ecuador, Dominica, Nicaragua y Venezuela y están participando como invitados los gobiernos de Uruguay y Argentina.

De esos países, Venezuela y Ecuador explicitaron este fin de semana, en la reunión de la entidad regional en Caracas, la idea de no participar en la Cumbre de las Américas.

Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, propuso consultar al gobierno colombiano si formalmente la isla no está invitada al encuentro continental. “Si a Cuba no se le invita a la Cumbre de las Américas, consideremos no asistir a esa cumbre”, propuso el Mandatario venezolano.

Lo secundó el jefe de Estado ecuatoriano, Rafael Correa, quien sostuvo que “es ilógico hablar de Cumbre de las Américas sin la participación de Cuba”. Agregó que es una media “injusta y excluyente” la que afecta a la nación caribeña.

A esa postura se sumaron los Mandatarios Evo Morales de Bolivia y Daniel Ortega de Nicaragua.

Cuando se creó la Cumbre de las Américas, el gobierno de Estados Unidos se opuso a la participación de Cuba, replicando la misma medida tomada hace décadas cuando la isla socialista fue excluida de la Organización de Estados Americanos (OEA). Cuando comenzó a funcionar dicha Cumbre, eran menos los países con gobiernos de izquierda o progresistas y ahora esa situación está resultando inadmisible para varios de ellos. También se pidió que el país caribeño pueda estar en la OEA, aunque La Habana jamás solicitó volver a ese organismo, ni estar en la Cumbre de las Américas, en un gesto diplomático y político de no pedir favores.

En cambio Cuba participa de otras instancias regionales como el Grupo de Río, las Cumbres Iberoamericanas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños donde, por cierto, no están los estadounidenses.

Lo más probable es que Colombia conteste que Cuba no es miembro de la Cumbre de las Américas y por tanto no corresponde que asista. Por lo demás, es difícil que la Casa Blanca ceda en este punto y sin su aprobación, el gobierno de Juan Manuel Santos no podría acceder a la petición de gobiernos latinoamericanos. De acuerdo a experiencias diplomáticas, una salida al asunto sería que Bogotá invitara a Cuba como observador o a una delegación isleña para que estuviera paralelamente en esos días de abril en Cartagena de Indias.

Sin embargo, si las cosas se mantienen, la Cumbre de las Américas tendría que restar de sus participantes a lo menos a los países miembros del ALBA, reduciendo la representatividad y dimensión del encuentro.

Posición Común

La tensión no termina allí. En la reunión del ALBA del fin de semana, Evo Morales, Presidente de Bolivia, manifestó la necesidad de llegar con “una posición común” de las naciones afines ideológicamente, para “defender los sagrados intereses de América Latina y El Caribe”.

Eso fue de inmediato interpretado como un llamado a llevar –de asistir- una postura contraria y alternativa a la de Estados Unidos y los gobiernos aliados, en temas económicos, sociales, territoriales, de soberanía y de institucionalidad democrática.

El Mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, enfatizó la necesidad de tomar posturas comunes y llevarlas preparadas ya que, denunció, en reuniones anteriores, la Casa Blanca se apoya en “la burocracia de la OEA” para preparar documentos que las delegaciones de los países miembros de la Cumbre de las Américas no ven antes de las reuniones y después no tienen tiempo de leerlos y analizarlos.

Morales y Ortega insistieron en que las naciones de la región deben concordar una agenda común de acuerdo a sus necesidades e intereses.

Y como adelanto, se planteó colocar en la agenda de la Cumbre de las Américas la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas y el fin del bloqueo económico a Cuba. Se acusó al Reino Unido de practicar una política “imperialista” y de ocupación de territorio extranjero y a Estados Unidos de aplicar una medida ilegal en contra de la isla caribeña. De hecho en la reunión del ALBA efectuada en Caracas el fin de semana, se aprobó un respaldo a Argentina en su reclamo de soberanía sobre las Malvinas y llamaron a negociaciones entre ingleses y argentinos.

Condenas que, de partida, serían rechazadas por los representantes de Estados Unidos.

Para analizar esas situaciones y el tema de la invitación de Cuba a la Cumbre de las Américas, inicialmente se acordó efectuar una reunión de los gobiernos bolivarianos en La Habana en las próximas semanas.

En el encuentro de inicios de febrero, los gobiernos del ALBA acordaron formar un Consejo Político, integrado por los Cancilleres, un Consejo Económico que atienda esta materia a nivel regional y un Consejo de Movimiento Sociales.





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