El gobierno de Mariano Rajoy enfrenta este jueves su primer paro general, el octavo en la historia de la democracia española. Los sindicatos aseguraban desde la mañana que la medida tenía un ‘seguimiento masivo’. El transporte público, afectado por la huelga, funciona con ‘servicios mínimos’. Decenas de personas detenidas.
España vive este jueves una huelga general convocada por los dos principales sindicatos, CCOO y UGT, para expresar su rechazo contra lo que han llamado la reforma laboral “más lesiva para los trabajadores en la historia de la democracia”.
Cientos de miles de personas han repletado las calles de la mayoría de las ciudades ibéricas, en una de las jornadas de protesta más multitudinarias.
La jornada de 24 horas de huelga comenzó sin incidentes de gravedad, aunque el ministerio del Interior señalaba la detención de 58 personas y que seis policías y tres huelguistas habían resultado heridos en incidentes menores.
En cuanto al acatamiento de la convocatoria, los sindicatos anunciaban desde temprano que la huelga general contra la reforma laboral implementada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy para luchar contra el desempleo era un “éxito”, con una participación del 85%.
Más allá de las cifras anunciadas por unos y otros, la demanda de electricidad caía un 25% por la mañana con respecto al jueves de la semana pasada. En Madrid, está previsto que funcione una media del 30% de metros y buses urbanos, y un 25% de buses interurbanos, mientras que la sanidad funcionará al nivel de un día feriado.
A nivel nacional, circulan un 30% de los trenes de cercanías y un 20% de los convoyes de larga distancia, al tiempo que las aerolíneas Iberia, Air Nostrum y Vueling han anulado una media del 60% de sus vuelos.
La reforma laboral aprobada el pasado 11 de febrero por el gobierno de Mariano Rajoy tiene por objetivo relanzar la creación de empleo, que cuenta con una tasa de desempleo del 22,85%, que castiga especialmente a los jóvenes de menos de 25 años (48,6%).
Para los detractores de la reforma, ésta sólo abarata el despido y aumentará la destrucción de empleo.