Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 23 de abril de 2024


Escritorio

Fines de semana, tacos y movilizaciones

Columna de opinión por Julio Hurtado
Lunes 30 de abril 2012 9:31 hrs.


Compartir en

Este será un año que, además de tener muchos fines de semana largos, tendrá un alto número de movilizaciones sociales, extendidas por todo el país.

Los fines de semana largos significarán una masiva salida de automóviles de las grandes ciudades. En nuestras ciudades (Santiago, Temuco y Puerto Montt, entre otras) la congestión está llegando a niveles insoportables. Las calles están colapsadas. Las carreteras privadas, que se presentan como la gran solución, también están colapsadas.

De acuerdo al volumen de venta del año 2011, mil automóviles nuevos se agregan diariamente a nuestras ciudades. De los cuales al menos 500 se quedan en Santiago. Este fenómeno es producto de un rápido proceso de crecimiento económico en el cual emerge una frágil e inestable clase media, con ansias de consumo (una particular forma de movilidad social), y que constituye primera generación con acceso a la propiedad del automóvil.

Este grupo emergente, interesante desde el punto de vista electoral y de mercado, ejerce fuerte presión sobre un grupo transversal de políticos. Lo anterior se traduce en demandas que apuntan a la disminución del impuesto específico a los combustibles, a la construcción de nuevas carreteras, a la presión por el ensanchamiento de calles a costa de espacios públicos, etc.

Plantear una rebaja del impuesto específico a los combustibles constituye una pretensión regresiva e ineficaz, ya que este es uno de los pocos impuestos que lo pagan los sectores de mayores ingresos, que permite una alta recaudación fiscal y que ayuda a desincentivar el uso del automóvil, es decir menor contaminación y menor congestión.

Cabe mencionar que el 80 % de lo recaudado por el impuesto específico viene del 20% más rico de la población, y que el 75% de la población más pobre no usa ni tiene automóvil.

Por otro lado, las nuevas carreteras urbanas concesionadas (por las cuales también presionan estos nuevos poderosos e influyentes sectores medios) constituyen un círculo vicioso que mata la ciudad, ya que ante los fenómenos de congestión, se promueve la inversión, provocando una nueva y mayor congestión.

Los fines de semana largos hacen que los tacos y la congestión que sufren nuestras ciudades se trasladen de manera importante a las carreteras. Es así que durante la Semana Santa recién pasada hubo un taco de 40 kilómetros, protesta social en Pelequen mediante. Pero no nos olvidemos que las movilizaciones llegaron para quedarse.

Esta es la oportunidad para que los técnicos y los políticos hagan los esfuerzos necesarios para modificar de una vez por todas las políticas de transporte. Los problemas de la movilidad están llegando a niveles inviables. La crisis se presenta no tan solo durante la semana en las ciudades, sino que también los fines de semana en las carreteras.

Esta situación, en vez de facilitarnos la vida a los chilenos, nos está haciendo vivir un infierno permanente, no ten solo en las calles de las ciudades, sino que también en las carreteras.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.