Marine Le Pen no votará ni por Sarkozy ni por Hollande

Marine Le Pen, ex candidata presidencial del partido de extrema derecha Frente Nacional, declaró este martes 1 de mayo que votará en blanco en la elección presidencial del 6 de mayo entre Sarkozy y Hollande. El presidente Sarkozy, que tiene una amplia desventaja en los sondeos, ha derechizado su discurso para atraer a los electores del FN.

Marine Le Pen, ex candidata presidencial del partido de extrema derecha Frente Nacional, declaró este martes 1 de mayo que votará en blanco en la elección presidencial del 6 de mayo entre Sarkozy y Hollande. El presidente Sarkozy, que tiene una amplia desventaja en los sondeos, ha derechizado su discurso para atraer a los electores del FN.

Marine Le Pen, que quedó tercera en la primera vuelta con 17,9% de los votos, dijo que votará en blanco y no dio ninguna consigna de voto. “Cada cual hará su elección. Yo haré la mía. Sois ciudadanos libres y votaréis según vuestra conciencia, libremente”, dijo Le Pen.

Marine Le Pen explicó que votar por Sarkozy sería una “nueva decepción”, mientras que hacerlo por Hollande sería una “falsa esperanza”, en un discurso pronunciado al término de la tradicional manifestación del Frente Nacional en honor a Juana de Arco.

Le Pen explicó su opción en razón del “menosprecio” que han manifestado la derecha y la izquierda hacia sus electores. Durante el discurso, reconoció que mientras algunos pueden creer en un “aparente patriotismo de derecha”, otros creen en un “aparente igualitarismo y fraternidad de la izquierda”.

Marine Le Pen estima, sin embargo, que solo hay “ilusiones en una cierta derecha y en una cierta izquierda” y por eso ha decidido “darle la espalda a los espejismos”. Le Pen espera convertirse en la jefa de la oposición, si Sarkozy pierde en la segunda vuelta.

La derecha tradicional se quedaría sin líder, en medio de una guerra de jefes de segundo plano, mientras que ella podría reclamar un rol de primer plano gracias a su tercer lugar en la primera vuelta con 6,4 millones de electores.

Sarkozy afirmó que no negociaría con el Frente Nacional y tampoco les ofrecería ministerios, pero ha dado un giro en su discurso hacia posiciones cercanas al populista Frente Nacional, en particular sobre la inmigración.





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