El vocero de Gobierno, Andrés Chadwick, aclaró este lunes que sus palabras a Televisión Nacional en las que se arrepiente de haber apoyado a la dictadura militar, son solo a título personal y no pretende que sean asumidas como una conducta del Ejecutivo.
Chadwick, además, aprovechó la instancia para reivindicar el modelo económico y político impuesto por la dictadura.
El ministro, que fue uno de los jóvenes que respaldó a Augusto Pinochet en el simbólico acto en Chacarillas en 1977, emulando a los héroes de la Concepción, dijo que para él es normal que gente de su sector no comparta sus palabras.
“Sin duda que no todos pueden compartirlo, lo señalé en una entrevista que se me hizo el día viernes y lo señalé a titulo absolutamente personal y menos tratando de comprometer con mis dichos una decisión de Gobierno”, sostuvo el vocero del Ejecutivo.
Mientras, en la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido al que pertenece Andrés Chadwick, las opiniones son diversas.
Patricio Melero, presidente de la colectividad, dijo que debe hacerse una análisis integral de este período histórico y que las declaraciones del ministro “no son transferibles”.
“La visión del ministro Chadwick es una visión personal y singular, que no es transferible a nadie. Si queremos una visión de lo que ha sido la historia de los 40 últimos años de Chile, obviamente, eso es una visión integral que requiere y admite varios análisis e interpretaciones, más aún en un partido como la UDI que tiene dos mártires al interior de ella producto de la acción desatada y violenta de la extrema izquierda”, manifestó Melero.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, afirmó que se sintió totalmente identificado con las palabras de su compañero en Chascarillas. “En lo personal también hice esa reflexión hace ya varios años atrás y me siento interpretado por las palabras del ministro Chadwick”, dijo.
En tanto, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Sesaparecidos, Lorena Pizarro llamó al Gobierno a impulsar medidas concretas para terminar con la impunidad, como la derogación del decreto ley de Amnistía y el término de las garantías y tratos espaciales a violadores de derechos humanos que permanecen en cárceles especiales.
“No necesitamos declaraciones, necesitamos actuar y necesitamos hechos concretos que demuestren esta distancia de los golpistas y los violadores de derechos humanos. Por ejemplo, terminar con las cárceles especiales, los genocidas a cárceles comunes como todos los presos de este país. Palabras de buena crianza no sirven, porque puedo asegurar que en esta dirección de esta operación que se está armando puede haber un desfile de reconocimientos y buenas intenciones y que a continuación venga el indulto a los violadores de derechos humanos”, señaló Pizarro.
En las organizaciones de derechos humanos temen una oleada de declaraciones de arrepentimiento que solo busquen indultos a quienes están condenados por crímenes de lesa humanidad.