En las últimas semanas el esfuerzo de los conservadores se ha centrado en separar a los movimientos sociales de las fuerzas políticas de la izquierda, sean estas de inspiración liberal, progresista o transformadora.
Por su parte el mundo de izquierda se ha remecido con las acciones y demandas de los movimientos sociales y es difícil hacer un mapa que contenga todos sus matices y corrientes, pues, la realidad política no puede mostrar con simpleza las pasiones y convicciones de un mundo en ebullición. Lo cual sólo es un buen deseo de la “tele-política” que vive en la simplificación.
Las preferencias indicadas en las encuestas y el surgimiento de nuevas iniciativas como la convocatoria a una cumbre social para septiembre próximo, son el ying y el yang de un mismo sentimiento; los jodidos, que con los artilugios de técnicos conservadores pasaron de ser familias modestas a sectores medios endeudados en dos generaciones ya no se tragan la sociedad de millonarios como un modelo de vida. La ambición sin límite no es su meta, no hay realidad nacional e internacional que permita concretarla, a todas luces prefieren algo más sencillo para empezar: redistribuir los ingresos.
Si los poderosos creen que esta es la única sociedad posible deben financiarla y hacerse cargo de los daños que ocasionan. En este cuadro, los ejecutivos de las corporaciones empresariales, teóricos y administrativos, académicos o profesionales, dueños o herederos reaccionan primitivamente, y frente a los reclamos, denuncian la existencia de un clima antiempresarial. Los hechos muestran que los grandes empresarios son quienes más contribuyen a su propio desprestigio. En las últimas semanas hemos conocido que el banco Barclay de Londres manipulaba la tasa Libor una convención muy importante para fijar el precio del dinero, que sirve de guía a la banca internacional y a los bancos públicos o estatales en sus transacciones. Semanas antes el presidente del banco JP Morgan en EE.UU fue citado a declarar en el congreso estadounidense para que explicara, porque no se sentía responsable de las pérdidas de los sus clientes que habían seguido sus decisiones. Sus errores son superiores a US $ 7000 millones. Desde el 2006 las corporaciones empresariales han acentuado sus fallas en la ética y en la estética lo cual es una de las causas de la crisis que vive una buena parte del mundo desarrollado. Chile en este sentido no es diferente.
El modelo de crecimiento adoptado por los conservadores como inspiración de vida vive una crisis prolongada. Usa y la Euro-Europa han tocado techo varias veces, no se derrumban porque son fuertes, pero ya no son lo que fueron hasta hace muy poco. No es solo su economía, se debilita una manera de interpretar el ejercicio del poder y con ello las formas de convivencia. Ante fenómenos profundos refugiarse en el ejercicio de la autoridad vía amenazas o represión alimenta el malestar. Chile no logra escaparse del descontento las diferencias sociales son las manifestaciones chilenas de la crisis financiera internacional.
La izquierda muestra una vitalidad que hacia años no tenía, y los centristas elaboran un decálogo con los pecados a pagar con cualquier intento de modificación de la situación.
Y la derecha inventa miedos pues las justificaciones tecnocráticas de la eficacia del modelo van a la baja. En los últimos cuatro años no imaginan el porvenir, necesitan que el modelo que tienen en su cabeza; crecer y crecer y consumir y consumir, funcione, lo cual ocurre de vez en cuando en la historia de la humanidad. En este cuadro es explicable la desesperación de Buchi ex Ministro de Hacienda, él siente que el mundo se le viene encima y descalifica a los que están en contra de sus raciocinios que ni a Rajoy le servirían El nuevo gobernante español de su misma línea, más moderno y democrático que el ex ministro, se comió sus convicciones y renunció a importantes grados de libertad aceptando los ajustes de los organismos económicos de la unión europea que van en contra de lo que sostuvo en su campaña. Para que aspiró al Gobierno si no puede hacer lo mínimo de lo que cree. Hay políticos incomprensibles, o son masoquistas o no tienen convicciones. Que sentido tiene la alternancia política como mecanismo de fortalecimiento de la democracia, cuando terminan haciendo lo contrario a lo proclamado. Y se enojan cuando se les enrostra como debilitan el sistema político. El Diputado de Calama de la UDI, jefe de la bancada de Diputados cuando se discutía la reforma tributaria y en la UDI debutaban los díscolos, le dijo a un periodista que le preguntaba por las discrepancias internas, “que las puertas de la UDI estaban abiertas” lo mismo se comentaba en el PS hace un tiempo y el resultado está a la vista.
Hace pocos días el jefe de la bancada de Diputados socialistas dijo que todos los socialistas eran socialdemócratas, como si con esa afirmación fuera a frenar el éxodo. Un partido donde solo quepan los socialdemócratas puede ser bastante chico. Parte de los parlamentarios ni siquiera olfatean como ha cambiado el mundo en el último lustro, la sociedad de millonarios no las tiene todas consigo y se sabe por qué.
