Entre abril y junio de este año, diez de las catorce regiones del país registraron un incremento en su actividad económica, siendo la Región de Aysén la que más creció, con un 36,4 por ciento, debido al dinamismo del sector pesquero.
Dentro del Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer) destacaron también las regiones de Magallanes, gracias a la pesca, acuicultura y minería, y Los Lagos, debido al sector financiero y la industria manufacturera.
Para Pablo Longueira, ministro de Economía, las cifras demuestran una vez más, “el buen desempeño económico del país, a pesar del complejo escenario internacional”.
En contrapartida, la Región de Tarapacá registró una tasa de variación negativa, debido a una menor extracción del cobre y otros minerales.
Esta situación, según el economista Hernán Frigolett debiera cambiar durante la segunda parte del año: “Probablemente la extracción de la minería no ha sido muy fuerte pero si uno ve después, en términos de valores económicos, está más que compensado. La expectativa está puesta que en el norte, producto de la inversión extranjera que se pudiera materializar ahí, se pueda contribuir a que efectivamente esas economías repunten fuertemente de la mano de la construcción de nuevas obras y yacimientos nuevos. En el resto del país, en general, la industria manufacturera está extremadamente debilitada y en el sur va a empezar a hacer colapso nuevamente la industria del salmón”, señaló.
El experto del grupo Nueva Economía calificó las cifras entregadas por el Inacer como “esperables” y dijo que no cambian sustancialmente el panorama macroeconómico que se ha venido configurando, gracias a una tasa de crecimiento cercana al seis por ciento.
Aún así, Frigolett indicó que todos los indicadores se están debilitando y sobre todo el relacionado con el mercado laboral, el que demuestra que en el primer semestre “no se creó ningún puesto de trabajo”.
“En el primer semestre la creación de empleo es negativa, menos seis mil, desde diciembre hasta junio. Si uno tomaba la misma medición del año pasado se habían creado ochenta mil empleos a nivel del país, y hoy por hoy, estamos con un mercado laboral completamente estancado. Eso nos presagia un segundo semestre bastante difícil, más aún que en la zona central hasta el momento hemos tenido una sequía bastante cuantiosa y vamos a ver entonces qué es lo que va a pasar para el período de siembra y cosecha, qué nos va a deparar esta escasez de agua”, señaló.
Frigolett subrayó que la economía chilena “está tocando techo y comenzará a declinar “, llegando a fin de año a un crecimiento “en torno al 3,5 y 4 por ciento”, según señaló.
Hugo Fazio, economista de Cenda, relativizó las cifras entregadas por el Inacer y dijo que no cambian “el contexto”, ya que se dan en un proceso de desaceleración todavía bastante reducido.
Sin embargo, Fazio mostró su preocupación ya que, a su juicio, “no hay políticas económicas oficiales dirigidas a enfrentar esa situación”.
“Todas las cifras que se dan positivas, desde un punto de vista macroeconómico general, están generadas fundamentalmente en factores externos. Un hecho particularmente preocupante es que se mantiene el proceso de revaluación del peso chileno. Uno tendría que preguntarse por qué se mantiene cuando el precio del cobre está descendiendo, que era el principal factor de ingreso de divisas del exterior. Lo que está jugando ese papel principal ahora, en este momento, son las altas tasas de interés que mantiene el banco central”, subrayó.
Fazio dijo que esta política monetaria “está ayudando a sostener el ingreso de capitales extranjeros, que ingresan a la economía chilena para obtener rentabilidades en operaciones especulativas que no le dejan ningún efecto favorable a la economía nacional”.
Ello se produciría con efectos desfavorables en sectores exportadores y en el mercado interno, “por lo que es necesario que el Banco Central intervenga en el mercado cambiario”, enfatizó el economista.