Alrededor de mil 600 trabajadores del Sindicato número 1 del supermercado Jumbo, iniciaron este lunes una huelga legal ante el nulo avance en el proceso de negociación con la empresa
Los trabajadores se reunieron en las afueras del centro comercial Costanera Center y desde allí marcharon a la sucursal del hipermercado ubicado en Bilbao.
La movilización afecta a locales de Santiago y Rancagua, además de un porcentaje menor de empleados de Viña del Mar, quienes exigen un aumento del salario del 15 o 20 por ciento, un bono de término de conflicto e igualar los sueldos de los empleados jóvenes con los más antiguos de la empresa, que en este sindicato alcanzan un 80 por ciento.
El presidente del gremio, Bernabé Castro, afirmó que esta movilización llegará hasta las últimas consecuencias, ante lo que calificó como “una actitud totalmente arrogante” de los directivos del supermercado de propiedad del multimillonario Horst Paulmann.
“Estamos llanos a conversar, pero como los trabajadores están pidiendo, ellos quieren dar lo que estiman conveniente no lo que uno puede negociar. Ellos imponen, es difícil conversar con alguien que dice ‘esto es lo que tengo y no hay más’. Nos limitan porque no tenemos derecho a voz ni voto, es difícil”, indicó el dirigente.
Este no es el primer sindicato de Jumbo que se moviliza, ni mucho menos el primero en iniciar negociaciones con la firma. Primero fue el turno del Sindicato Autónomo que logró la oferta más baja, luego siguió el Sindicato Nacional, que estuvo movilizado dos días. Hace poco también fue el turno del Sindicato Número 2, que cuenta con una relación muy fluida con la empresa y que obtuvo los beneficios más altos.
Esta división de sindicatos no es nueva y afecta al grueso de los trabajadores del comercio, restándoles herramientas para negociar. En el fondo, se encuentra el problema de la multiplicidad de razones sociales o Multirut donde, por un lado, se establece un rut para concentrar las ganancias – en este caso Cencosud – y un sin número de otras sociedades para administrar cada local.
Según Andrea Ortega – una de las autoras del libro Multitiendas en Chile: El negocio del siglo XXI de Ediciones Radio Universidad de Chile – “el multirut permite que una empresa segregue la fuerza laboral. Reparten a sus trabajadores en las diferentes sociedades anónimas y así, los dejan en diferentes empresas “de papel”. Esto impide que se formen sindicatos unificados y complejiza las negociaciones colectivas”.
En esa línea, el ex director del Sindicato Nacional, Juan Treimun, comentó que “ojalá algún día podamos negociar por tramos, como en Uruguay o Argentina, donde los beneficios que se logran son para todos los trabajadores y no tengamos que estar haciendo lo que estamos haciendo ahora”.
“Es malo para los trabajadores que no podamos unirnos como organizaciones para poder negociar colectivamente y después cada sindicato hace su vida de forma independiente”, agregó Treimun.
El dirigente añadió que, según su experiencia, se deben conformar gremios más pequeños, ojalá por local, y grandes federaciones que puedan llegar unidas a enfrentar a las gerencias, para así reflejar la fuerza real de los trabajadores y avanzar hacia condiciones de trabajo más dignas, más aún considerando las inmensas ganancias que manejan estos empresarios.