Guido Vallejos y el fin del Chacota Club

Lo que uno se pregunta es como un veterano diabético de 82 años, que tiene dificultades para caminar pues sufre de una pequeña deformación a la planta de los pies, con todo ese dinero que le permite pagar por los servicios sexuales de una escort girl de lujo, elige un burdel de segunda.

Lo que uno se pregunta es como un veterano diabético de 82 años, que tiene dificultades para caminar pues sufre de una pequeña deformación a la planta de los pies, con todo ese dinero que le permite pagar por los servicios sexuales de una escort girl de lujo, elige un burdel de segunda.

El Chacota Club (de tobi) lo integraban entre otros, Guido Vallejos, director de las revistas Viejo Verde, Cosquillas y Novedades además de propietario del Hotel Foresta, el periodista Pablo Honorato (muy cercano al Mamo), Juan Fernández, que luego sería dueño de Gabriela Mistral, ex editorial Quimantú,  padre de uno de los arrestados; Osvaldo Muñoz Romero conocido como Rakatán (Revista VEA), Guillermo Zurita Borja( Clarin y la Cuarta), creador de Los laureles de Oro, Toño Freire (Canal de la U), Julio Bustamante Sotelo, fotógrafo y unos amigos de rotación.

La cosa era comer bien y partir hacia las boite de moda: Mon Bijou o el Tap Room de Francisco Ballesteros y que apadrinó la célebre vedette argentina, estrella del Lido, Nelida Lobato.

El restaurant era el Ganaderos, en la segunda cuadra de Manuel Montt. En el menú, todo lo que provocaba el desabastecimiento en tiempos de la Unidad Popular. Una despensa de lujo.

Hasta ahí todo normal para la época.

Por eso sorprendió el nombre del octogenario dibujante de 82 años envuelto en el tema de la prostitución infantil. Su único pecado visible hasta ahora, fue publicitar El Pingüino, su revista de chistes y chicas con poca ropa (bikini a  lo sumo, aun cuando era harto para los cartuchos años 50) antes de su aparición en la revista infantil Barrabases y el invisible, haber huido a Europa con  la estupenda vedette del Bim Bam Bum, Tati Segura.

Por aquel entonces, se caminaba por Huérfanos y a un lado estaba el teatro Opera, al frente los bares Pam Pam y Saint Leger.

Vallejos, luego de Barrabases y Pingüino, con cuyas ganancias levantó el Hotel Foresta, estuvo desaparecido unos años del ambiente periodístico, hasta que inventa Novedades, revista de actualidad gráfica, pero cargada al sexo, cuyos fotógrafos eran Enrique Lindorfo Aracena Pérez (Premio Nacional de Periodismo), Luis Cortes Sutherland, proveniente del Puro Chile y Julio Bustamante, del mismo matutino. En esa época edita Viejo Verde, a todo color y Cosquillas, a dos  con muchas sobras del verde que costaba el doble.

Siendo un excelente pagador, tenía sus mañas. Por ejemplo, me hacía traducir chistes de otros idiomas y me cancelaba solo los publicados. “¿Qué culpa tengo yo si son fomes?” le reclamaba.

Hombre muy inseguro, temeroso del ridículo en extremo, solía actuar en forma huraña, aun cuando era generoso en extremo. A veces se indignaba con cierta persona porque sospechaba que se burlaba de él.

En marzo de 1971, renuncié a Novedades para irme a Quimantú. Lo hice luego de recibir una recriminación de parte de Nissim Sharim: “Delfina (Guzmán) lo pasó muy mal por culpa tuya”.

¿Qué había ocurrido?  Vallejos nos enviaba con Bustamante a cubrir obras de teatro donde las protagonistas mostraran algo de cuerpo y Delfina y Silvia Santelices, en una obra del Ictus, actuaban parte de la obra en bikini. Con la publicación de la foto de las dos actrices en traje de baño, a la madre del ex ministro le quedó la grande.

Con Elías Figueroa, ocurrió algo similar; el entrevistado fue él pero en las fotos apareció destacada Marcela Kupfer su esplendida esposa, en bikini en la casa de ambos en Villa Alemana.

No me atreví un acercamiento durante años al crack de entonces.

Cosa curiosa, Vallejos era inclinado más a la foto insinuante o aquella que pareciera tomada por el ojo de una cerradura. Recuerdo haber traducido textos de la revista Spiegel (que más tarde nos demandaría por uso de material sin permiso) que acompañaban fotos de celebridades captadas por los lentes indiscretos de paparazzi. Famosas fueron aquellas de Jackie Kennedy en topless en la isla Skorpios de Aristóteles Onassis y que fueron portada de la reaparición de la revista Flash en 1972.

Lo que uno se pregunta es como un veterano diabético de 82 años, que tiene dificultades para caminar pues sufre de una pequeña deformación a la planta de los pies (lo contrario al pie plano), con todo ese dinero que le permite pagar por los servicios sexuales de una escort girl de lujo, elige un burdel de segunda, donde paga 30 lucas, una miseria, por acostarse dos veces a la semana con una mujer joven, según él, no menor de edad.

Así clausura la vida el Chacota Club uno de sus padres fundadores, en un despelote de primer plano.

Hace 40 años…

Ahora recién comprendo la razón por la cual en la portada de la revista Novedades del 30 de diciembre de 1971, aparece una striptisera de la bote Monbijou, llamada supuestamente Erika. Desnuda de la cintura para arriba, tiene como escenario de fondo, las asquerosas paredes descascaradas del camarín, de la percha cuelga un sostén blanco. En las páginas siguientes, un reportaje hecho a Salvador Allende en Tomás Moro para la Navidad.

Lo lógica indicaba la Nochebuena presidencial en primera pagina, pero la morbosidad del editor, lo impulsó a publicitar a su conquista en desmedro de un tema adhoc con las circunstancias.

Después de verlo en el tema de los burdeles, comprendo cuatro décadas más tarde, su opción que me dejó como las huifas ante La Moneda.





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