Escuche la entrevista completa a Mónica Silva
La Prueba de Selección Universitaria (PSU) no generó mayor equidad en el acceso a la enseñanza superior como prometieron las autoridades al momento de su creación.
Así lo señaló este miércoles la académica de la Universidad Católica, Mónica Silva, en entrevista con el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile. Esto, luego que concluyeran las dos jornadas de rendición de la prueba a lo largo de todo el país.
Mónica Silva explicó que la PSU pretendió “matar dos pájaros de un tiro” al seleccionar alumnos para las universidades y medir logros de enseñanza media.
Sin embargo, el diseño de la evaluación dejó de lado, por ejemplo, a los alumnos de la educación técnico profesional, que para optar a una serie de carreras deben rendir la prueba de Ciencias sin ni siquiera haber recibido los contenidos que esa prueba contempla: “Los alumnos de técnico profesional no tienen ni una sola hora de Biología, Química ni Física en tercero y cuarto medio y esos contenidos sí se incluyen en la PSU de Ciencias, que es opcional, pero es exigida por el Consejo de Rectores para el ingreso de muchas carreras”, dijo.
“Están compitiendo en desigualdad con los de científico humanista simplemente porque no les pasan el currículum. Es como que pusieras a dos atletas a correr una carrera, a uno de los cuales les amarras los brazos y lo haces correr a pie pelado y al otro lo dejas usar zapatillas y no le amarras los brazos”, añadió.
Mónica Silva señaló que en 2002 las autoridades del Mineduc y el Consejo de Rectores sabían que la PSU implicaba estas desventajas y cuestionó que recién ahora se plantee la necesidad de corregirlas, pero solo en la prueba de Ciencias.
Asimismo, la especialista indicó que la PSU aumentó la desigualdad en el ingreso a las universidades, ya que se concentra en el currículum de enseñanza media y reproduce las brechas que existen en la enseñanza básica y media: “A las universidades más prestigiosas están llegando en menor cantidad los alumnos más vulnerables. Aquí cito a un académico de la Universidad de Santiago, Francisco Javier Gil, que cuando el movimiento estudiantil estaba en su cúspide señaló que si se hubiera conseguido la educación gratuita, no habría significado mucho para los alumnos más pobres, porque ellos no están llegando a las universidades más prestigiosas. Precisamente, porque están compitiendo en tremenda desigualdad de oportunidades”, indicó.
Finalmente, Mónica Silva subrayó que experiencias como el propedéutico de la Universidad de Santiago demuestran que los alumnos provenientes de establecimientos con peor calidad educativa pueden desarrollarse adecuadamente si es que tienen apoyo.
En ese sentido, afirmó que las universidades tienen una “deuda moral” por la deficiente formación de pedagogos y son responsables de prestar este tipo de apoyo a los estudiantes que así lo requieren.