En el templo sagrado de la crème de la crème de la elite empresarial, ENADE, siempre bautizado con latinazgos pomposos e inentendibles incluso para los propios participantes, encontrábanse reunidos los prohombres del PIB nacional, departiendo, compartiendo y tratando de darle un sentido a esta cosa, cuando comienzan a escucharse los sones del himno de Francia, la famosa Marsellesa.
Las caras de pregunta, los susurros, las miradas de interrogación, surgen por doquier, hasta que algún bien informado dice que sería Sarkozy quien arriba para traer los parabienes a este bastión del desarrollo llamado Chile, más allá otro dice que no, que es el embajador de Francia, que va a pronunciar unas palabras de apoyo por el juicio de La Haya, no falta quien dice que es sólo otra broma más de Piñera, en fin, conjeturas variadas recorren el salón, hasta que se abren las puertas y entra el Presidente del Senado, el otrora, muy otrora, marxista Escalona, musitando suavemente la letra Allons enfants de la Patrie, claro que bajito, para que nadie lo escuche, para que nadie se vaya a llevar la pésima impresión de que aún le queda algún resquicio del socialismo, del tiempo cuando él cantaba la Mar se yesa con el puño izquierdo levantado y la voz plena de la emoción por la lucha contra las injusticias sociales, todas martingalas y galimatías antiguas ya y sin ningún sentido para esta época.
Escalona se para en el estrado y da comienzo con voz de estadista a su impresionante e increíble perorata, dándole garantías a los presentes que solamente Bachelet le dará la estabilidad necesaria al país y a su élite empresarial para seguir profundizando en este modelo de desarrollo tan admirado en la propia ENADE.
Lo que este socio muy listo trata de hacer es simple, generar la conciencia en la derecha empresarial que es mejor estar con la Concertación que con cualquiera de los candidatos de la Alianza, ya que nunca lo habían pasado tan mal desde la salida de la dictadura como con Piñera quien, en la práctica, es acusado de populista y de gobernar con los postulados de la centro izquierda por los mismos enadistas, así que, nadie mejor que el paladín del tranzar sin avanzar como vocero oficial de la ex Presidente para calmar los ánimos, asegurarles pingües ganancias y contención de los movimientos populares, para que ellos, los iluminados de la nación, pueden seguir en la senda del crecimiento, el orden, la familia y la patria.
Lo de Escalona utilizando de manera un poquito distinto el concepto “Yo o el caos”, que en este caso sería “Mi Mami Michelle o el descontrol total del sistema de mi general, que tan bien administramos nosotros por 20 años”, no me atrevo a tratarlo de ridículo ni de patético ya que siento en mi yo profundo que sería una ofensa gratuita a la asociación de ridículos y patéticos del mundo y que para lo suyo habría que inventar una categoría político-filosófica nueva, algo así como Ergo Ex Socialisticum Ridiculum Sum, Marsellesa mediante, porque, hacía rato que no se veía por estos páramos una chupada de guata, una hechura de pata, una arrastrada por el suelo con estómago de callos tan maravillosa como esta que se mandó el señor Escalona a nombre de la Concertación, pero antes que nada, como representante de ese socialismo moderno, más parecido a un neoliberalismo disfrazado, red set incluido, para lograr pasar el examen ante la comisión examinadora, de quien, en definitiva dependerá que logren volver al poder con la venia y la convenia de los que verdaderamente mandan en el país.
Es más que probable que Escalona tenga toda la razón del mundo, que ese es el único camino viable para volver a sufrir con la intríngulis de La Moneda, pero se esperaría a lo menos que, o se saque el título de socialista para hacerlo, o sea consecuente y no vaya a pedir favores donde no le corresponde.
