Francia lanzó hace cuatro semanas la intervención militar en Malí. La operación, bautizada “Serval” por el nombre de un pequeño felino del desierto, tenía como objetivo frenar el avance de los islamistas armados que se estaban acercando a Bamako.
Militares franceses y chadianos llegaron este jueves a Aguelhok, en el extremo noreste del país, y podrían seguir hacia Tessalit. En un comienzo, las fuerzas francesas lanzaron una serie de bombardeos contra los islamistas en Konna, en el centro del país. Los bombardeos franceses detuvieron la ofensiva islamista.
La crisis maliense se internacionalizó a raíz de la toma de rehenes en el complejo gasífero de In Amenas, en el este de Argelia, durante la cual murieron al menos 37 extranjeros y un argelino. El ataque fue reivindicado por el grupo de Moktar Belmoktar, que dijo estar actuando en represalia por la intervención en Malí.
El avance de Francia en el terreno fue muy rápido. En una semana, varias poblaciones pasaron bajo control de las fuerzas francesas y malienses, entre otras, Konna y Diabaly. Luego fueron liberadas las grandes localidades del norte, sin combates o muy escasos.
Tras la llegada a Kidale, el 30 de enero, se inició la segunda fase: la persecución de los islamistas en el extremo nororiental del país, donde se encuentran muy probablemente cuatro rehenes franceses. Las operaciones continúan para los 4.000 militares desplegados, si bien los bombardeos se concentran en estos momentos en las zonas montañosas, al norte de Kidal, en particular en la región de Aguellhok y Tessalit.
Si bien varios objetivos han sido alcanzados, las fuerzas francesas están trabajando en otras misiones, en particular, garantizar la integridad territorial de Malí así como el despliegue de la Misión Internacional de Apoyo a Malí (Misma).