Ximena Acevedo, viuda del dirigente sindical Juan Pablo Jiménez, accedió a conversar con Radio Universidad de Chile luego de la movilización en homenaje a su esposo, en Santiago. A dos cuadras de iniciada la marcha, la mujer escapa del carro lanzaaguas, protege a su hijo de las lacrimógenas, y se muestra sorprendida por el apoyo ciudadano.
Ximena intenta ocultar el dolor que significó la muerte de su esposo, quien falleció por un impacto de bala al interior de su lugar de trabajo. Juan Pablo Jiménez era presidente del sindicato Azeta, y preparaba denuncias ante la Dirección del Trabajo cuando recibió el disparo. Con 39 años y dos hijos, Ximena Acevedo negó las versiones que hablan de una “bala loca”, y espera nuevos datos sobre el homicidio, luego que la Policía de Investigaciones le señalara que mantiene abiertas todas las líneas de indagación.
– ¿Está conforme con la investigación por el homicidio de su marido?
– Esperamos más antecedentes. Todas las reuniones que he tenido, tanto con la Brigada de la PDI como el fiscal, me dicen que no están cerrados a ninguna línea investigativa, que no van por un solo camino y están abiertos a nuevos datos. Los medios han dicho muchas cosas también, estoy siendo permeable a lo que escucho, pero me informo de todas maneras, pero ellos mantienen la investigación abierta.
– Usted declaró que “si la empresa no ocultara nada, estarían a mi lado”, ¿Cuál es su evaluación del rol como empleador?
– Leo un comunicado de prensa con las condolencias a la familia, pero han sido muy indolentes. Esto ocurrió el día jueves, me reuní con ellos el día viernes, pero no he tenido más contacto, no me han llamado y no sé nada de la empresa.
– ¿Qué mensaje entrega la familia de Juan Pablo al movimiento sindical?
– Marché junto a mi hijo, él está contento y orgulloso de lo que estamos haciendo para saber la verdad sobre la muerte de su padre. Es reconfortante saber que hay gente comprometida con esta causa, hay que seguir luchando. Cuando aparece gente como Pablo, mi esposo, el padre de mis hijos, gente incorruptible, que cree que se pueden mejorar las condiciones, y que lucha porque todo sea más justo, pues hay que seguir luchando. Insisto, hay que seguir luchando.