El presidente electo no es ajeno a la función presidencial pues es hijo de Jomo Kenyatta, el primer mandatario tras la independencia de Kenia, en 1963.

Uhuru Kenyatta nació en 1961, poco después de la liberación de su padre, quien estuvo preso durante 10 años en manos de las fuerzas coloniales británicas. Pertenece a la comunidad kikuyu, la más importante del país y también la más poderosa a nivel económico.

De hecho la familia Kenyatta es una de las más ricas de Africa, a la cabeza de un imperio que incluye el banco CBA (Commercial Bank of Africa), el grupo comunicacional Mediamax y una empresa de productos lácteos, entre otros.

Uhuru (“libertad” en swahili) Kenyatta, 51 años, derrotó en la primera vuelta de las elecciones, realizada el pasado sábado 4 de marzo, a Raila Odinga.

Kenyatta y su compañero de fórmula William Ruto están acusado por la CPI, por su presunta implicación en las matanzas de 2007-2008. Se cree que movilizaron al grupo criminal de los Mungiki para que ayudase a su comunidad, acusaciones que Kenyata rechaza.

En 2007, en Kenia la cuestionada victoria del presidente saliente Mwai Kibaki, hizo que los partidarios de este último salieran a las calles. Kenyatta fue un apoyo clave de Kibaki. Los enfrentamientos entre las comunidades y la represión policial dejaron unos mil muertos y más de 600.000 desplazados.

Su juicio ante el CPI con sede en La Haya debía tener lugar el 11 de abril pero fue aplazado al 9 de julio. Apenas conocida la noticia de su elección Kenyatta aseguró que asistirá al proceso judicial que podría durar dos meses.