Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 19 de abril de 2024


Escritorio

La Alcaldesa, el ex Alcalde y el Papa

Columna de opinión por Julio Hurtado
Martes 26 de marzo 2013 19:48 hrs.


Compartir en

Para este columnista ha sido sorprendente e inesperada la actitud de la nueva alcaldesa de Santiago, ya que al revés de sus antecesores, de la Alianza y de la Concertación, no tan solo ha centrado su gestión y sus preocupaciones en la valoración económica de los bienes inmuebles de la comuna, como ha sido tradicional, sino que realmente ha mostrado preocupación por la calidad de vida de los ciudadanos de su municipio.

Algunas de estas medidas han sido el congelamiento de los permisos de construcción en el sur de la Avenida Matta, la preocupación por la desaparición de algún hito comercial-cultural urbano (como es el caso de del restaurante San Remo) y el congelamiento de los permisos de construcción de estacionamientos en el centro de Santiago.

Ha sido sorprendente la actitud propositiva de las nuevas autoridades comunales, en cuanto a introducir nuevos elementos en la discusión para la construcción de la ciudad, vinculados con la calidad de vida de sus habitantes y la preservación de elementos culturales y patrimoniales.

Como es de conocimiento público, en todas estas propuestas, la Alcaldesa ha recibido fuertes críticas de parte de inesperados y empoderados líderes de opinión, de los principales medios de comunicación, los cuales han editorializado al respecto.

En este contexto,  cabe hacer notar la rápida reacción de un ex alcalde de la comuna de Santiago, ex candidato, ex concertacionista, ex ministro (en gobiernos de distinto signo) y ex piñerista, quien rápidamente saltó al ruedo opinando frente a la propuesta de la alcaldesa  para limitar la construcción de estacionamientos en el centro de la ciudad, ya que, según las autoridades, están dañando la calidad de vida de los habitantes de la comuna.

El argumento de este líder de opinión es que si se limita la posibilidad de estacionar automóviles en el centro de la ciudad, los ejecutivos no vendrán a trabajar a Santiago, por lo tanto la comuna perderá riqueza.

Según esta argumentación, la única manera de desarrollar la comuna es echándola a perder y dañando la calidad de vida de los santiaguinos, que no tienen la suerte de ser ejecutivos, por complacer la comodidad de las elites.

Los mismos medios que profusamente destacan la opinión de este ex alcalde, difunden también con enjundia, que el actual Papa solía viajar en bus y metro en la ciudad de Buenos Aires.

Es decir, según estos líderes de opinión, adaptarse a la restricción del uso indiscriminado del automóvil, con el objeto de racionalizar el desarrollo y funcionamiento de la ciudad, es algo que puede hacer el Papa, pero no los altos ejecutivos chilenos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.