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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Edificios Patrimoniales: Entre el olvido y la voracidad inmobiliaria

El incendio que sufriera la semana pasada el Palacio Iñiguez, lugar donde se alberga la mítica confitería Torres, puso en tela de juicio el resguardo patrimonial de algunos edificios históricos. Desde el Municipio culpan a los dueños, mientras que las instituciones culturales advierten que esto podría repetirse.

Paula Campos

  Viernes 12 de abril 2013 20:07 hrs. 
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El incendio del Palacio Iñiguez dejó al descubierto una realidad vivida por decenas de edificios patrimoniales en nuestro país. El poco cuidado, escases de presupuesto y la presión inmobiliaria, aparecen como los principales factores que afectan la supervivencia de los edificios patrimoniales.

El municipio de Santiago, comuna que alberga al palacio construido en 1908 y protegido por la Ley de Monumentos en su categoría de zona típica, comentó tras el siniestro que las responsabilidades recaían en DUOC, institución educativa dueña del inmueble. Carolina Tohá, jefa comunal, advirtió que se le habían hecho varias advertencias a la institución para que se encargara de la mantención del Palacio “se requiere una conducta muy proactiva municipal, y la va ha haber, para que las personas que tienen en su propiedad inmuebles como éste, tomen los resguardos mínimos para evitar cosas como ésta”  señaló a la prensa tras el incendio.

Gastón Fernández, historiador y consejero del Consejo de Monumentos Nacionales, centra su atención en la poca importancia que tiene para la ciudadanía y las autoridades el tema patrimonial, planteando a la construcción inmobiliaria como uno de las mayores amenazas en el resguardo patrimonial.

“En Chile la picota anda más rápido. Aquí los edificios patrimoniales, normalmente son los terremotos los que dan cuenta de ellos, porque estamos en un país sísmico. Y la única forma en que no opere la picota tan rápido es que se protejan ciertas áreas, porque sino no tendríamos ningún patrimonio”, expresó.

Para el consejero, es vital el compromiso de los dueños en la mantención de las propiedades, siendo enfático en aclarar que como Consejo de Monumentos, no están de acuerdo en aprobar modernizaciones que impliquen el vaciamiento de los edificios, haciendo referencia a los planes de refacción presentados por DUOC para acondicionar el Palacio Iñiguez “ellos quería vaciar el edificio, dejando sólo la cáscara (…) el interior también supone un valor patrimonial” sostuvo.

Alberto Larraín, director de Fundación Procultura -entidad dedicada a la preservación patrimonial-  destaca la falta de recursos con las que cuentan las instituciones para fiscalizar la mantención del patrimonio.

“Indudablemente esto se puede repetir, debido a que en Chile la política de manejo de los edificios patrimoniales es bastante precaria. En general el Consejo de Monumentos, que es la entidad que resguarda el patrimonio nacional, no tiene contemplado dentro de sus atribuciones, o lo está pero no tiene los recursos, para hacer las supervisiones permanentes que aseguren que los edificios estén teniendo mantenciones”, advierte.

Desde la ciudadanía también se hace hincapié en la posición crítica de la conservación patrimonial en Chile. José Osorio, dirigente de vecinos por la defensa del barrio Yungay, organización miembro de la Asociación chilena de barrios y zonas patrimoniales, asegura que con una nueva legislación se podría preservar de mejor forma el patrimonio histórico de nuestro país.

“Nos parece que la Ley de Monumentos no da cuenta del esfuerzo que la ciudadanía ha llevado adelante en los últimos años por proteger sus barrios, sus lugares con historia, sus lugares patrimoniales y por tanto necesitamos urgentemente una Ley de Patrimonio. Creemos que el Estado debe asumir una política distinta a la que ha asumido que, en la práctica, es dejar que nuestro patrimonio se destruya y darle la posibilidad de que, en definitiva, la oferta y la demanda sea la que define qué tipo de ciudad queremos”, expresó.

Los vecinos también señalan la importancia de determinar con claridad quienes son los responsables de estos daños. Para ellos, la presión inmobiliaria es un factor determinante a la hora de entender lo que pasa con las construcciones patrimoniales.

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