El Producto Interno Bruto (PIB) de China creció 7,7% en el primer trimestre de 2013, guarismo no solo lejos del 8% esperado, sino que, además, muestra una clara desaceleración respecto del ritmo de crecimiento de 7,9% registrado en el cuarto trimestre de 2012 y de 8,1% del primer trimestre del año pasado.
Y aunque el dato de ventas minoristas cuadró con los planes del gobierno de traspasar fuerza económica desde las exportaciones hacia su demanda interna, la tasa de incremento del 12,6% -en línea con las proyecciones- no fue suficiente para compensar la debilidad de la producción industrial e inversión en activos fijos. La producción industrial mostró un avance de 8,9%, un 1% menos que en los primeros dos meses del año y lejos del 10,1% anticipado. La inversión pasó del 21,2% en los dos primeros meses de 2012 a 20,9% en el consolidado enero-marzo 2013, porcentaje que, además, se compara con un año en el que el atractivo de China como principal destino mundial de inversiones extranjeras disminuyó, por el freno de su economía y el aumento de sus costos laborales. La inversión extranjera directa en China en 2012 sumó US$ 116 mil millones, una cifra que, por primera vez en años, cae 3,7% respecto al ejercicio anterior.
Como resultado de números que parecen marcar tendencia hacia la ralentización de la segunda economía mundial, hecho que se suma a la lenta recuperación de EE.UU. y a la recesión de gran parte de Europa, el cobre sufrió una fuerte caída de sobre 3% al inicio de las cotizaciones en Londres –perdiendo en momentos hasta 6%-, mientras que el dólar en Chile superaba la barrera de los $470, alejando temores de una caída que obligara a la intervención del Banco Central y mejorando las expectativas de retornos por exportaciones para la agricultura, principal afectado por la caída del tipo de cambio.
El precio del oro, en tanto, ha perdido más de US$160 en un par de sesiones, la mayor baja en 33 años. La semana pasada cerró por bajo los US$ 1.500 la onza y en la apertura del lunes se cotizaba cerca de los US$ 1.400, un mínimo desde abril de 2011. Junto a los datos chinos y versiones sobre la posible retirada de estímulos monetarios en EE.UU., el precio del oro fue arrastrado por el anuncio que Chipre podría vender 10 mil toneladas de reservas del metal, de las 14 mil que atesora, para pagar parte de su plan de rescate. La onza de plata, a su turno, bajó más de 10%, hasta los US$ 23,47, el menor valor desde octubre de 2010. Mientras, según las actas de la última reunión de la FED, algunos miembros han pedido retirar el Quantitative Easing (QE) antes de que acabe el año e, incluso, hubo un consejero que abogó por poner fin de forma inmediata a las compras de bonos. La FED destina cada mes US$ 85 mil millones a compras de estos papeles para apuntalar la recuperación económica y reducir la cesantía hasta 6,5%.
Finalmente, el barril de West Texas Intermediate (WTI), relevante para los precios de los combustibles en Chile, retrocedía 3%, hasta US$ 88,6, un mínimo desde diciembre. El barril Brent, de referencia en Europa, también perdía más de 2% y caía hasta los US$ 100,8, el precio más bajo desde julio y una reducción de 9,3% en este año.
El comportamiento de los mercados parece indicar que los inversionistas están optando por deshacer posiciones en materias primas, fenómeno que afectará negativamente nuestra industria minera, pero que se compensa, en parte, por el menor costo de la energía, por la baja del crudo, mientras que al presionar al alza el tipo de cambio, mejora la posición de la agricultura e industrias sustituidoras de importaciones, pues encarece las internaciones.
Las cifras recomiendan prudencia, pues es posible que la ralentización china no sea coyuntural, sino estructural, dado que, de una parte, la tendencia al alza de su comercio exterior se mantiene fuerte, a ritmos del 13,4% en el primer trimestre de 2013, llegando a casi un millón de millones de dólares y superando el 6,2% de igual lapso del año pasado en sus exportaciones. Pero, al mismo tiempo, su atractivo como zona de inversión decae por el alza de sus costos salariales –que han subido al 10% anual en zonas urbanas- observándose un proceso creciente de deslocalización de grandes compañías.
En efecto, el volumen de inversión directa que salió del gigante asiático en 2012 se disparó 28,6% y alcanzó el récord de más de US$ 77 mil millones, tasa que, de continuar, posibilitaría que en 2013 la inversión que sale supere a la entrante, buscando asegurar recursos naturales en Latinoamérica y África y comercio en otros lugares del mundo. En 2012, la petrolera china CNOOC -de propiedad estatal- compró la canadiense Nexen por US$ 15.100 millones, la mayor adquisición de una empresa china en el exterior y en 2013 han aumentado los proyectos de inversión china en EE.UU. y Europa, lo que muestra el interés de Beiging por incrementar su protagonismo en el mundo, pero también una declaración tácita de que el crecimiento chino no volverá a los dos dígitos.