Lucro: ¿Legítimo o abusivo?


Sábado 20 de abril 2013 19:48 hrs.


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Adam Smith, en el siglo XVIII, distinguió tres leyes fundamentales de la economía, una de las cuales es “la tendencia natural al lucro de todos los seres humanos”.

Por su parte, la LOCE dice, a comienzos de 1990, que “las universidades (que no sean  estatales) serán siempre corporaciones de derecho privado, sin fines de lucro”, como muchas otras organizaciones y corporaciones.

El lucro es la diferencia entre ingresos y gastos, o sea, una ganancia en dinero o en especies. El dinero -como un sustituto genérico equivalente de cualquier bien o servicio- es muy atractivo para la mayoría de las personas e  instituciones, casi sin duda. 

Algunas definiciones señalan que  el lucro es la “ganancia normal”, pero  otras indican que es una “ganancia abusiva”, peyorativa, casi un delito o perversión. Marx escribía, a mediados del siglo XIX, que la ganancia era la plusvalía.

Por diferentes razones algunas personas consideran que es indispensable eliminar el lucro a algunas actividades o instituciones, pero es necesario que se aclare: si es en su totalidad o sólo en su componente abusivo (o según el origen de los ingresos). Pareciera que para algunas personas sería legítima la ganancia no abusiva, si se origina por  ingresos privados. Sin embargo, ¿hay formas de establecer o hay acuerdo sobre los límites entre el lucro normal y el abusivo y como medirlo, ya sea para una persona o para una institución?

La ganancia la obtienen las personas naturales y  las instituciones como diferencia entre sus ingresos y sus gastos, sin importar el origen de sus ingresos o los medios empleados para obtenerlos. Dado esto, ¿acaso una persona natural no obtiene una ganancia o lucro cuando sus costos de funcionamiento son inferiores a los ingresos  que percibe como: asalariado, abogado, médico, político, publicista, analista de sistemas, músico, profesional, senador, artista, tarotista, religioso, deportista, académico o cualquier oficio, bien trabajando a honorarios o como un empleado, o servidor público, o funcionario, o dirigente sindical o asociaciones civiles o estudiantiles, o como socio de una ONG o cooperado o empresario o cualquier forma combinada de éstos, como ocurre es en la sociedad en que vivimos? Cuando se trata de una institución o actividad la misma diferencia entre ingresos y costos es su ganancia o lucro.

En ambos casos, las personas y las organizaciones pueden obtener ganancias “normales” o “abusivas”. Por lo tanto, ¿no sería necesario aclarar que una actividad que no debe tener fines de lucro significa que no debe obtener ninguna ganancia? ¿O que si puede obtener una ganancia “normal”?

Como consultores sabemos que, por una parte, las empresas, diversas organizaciones y las personas -independientemente de sus motivaciones, creencias y valores- en general planifican y controlan sus actividades teniendo en cuenta el tipo y rango de las ganancias o beneficios que pueden obtener en el futuro y que, por otra parte, es posible auditar la existencia de lucro personal o institucional, y su monto, si es que hay acuerdo en los supuestos básicos.

Finalmente, es conveniente medir el lucro, fundamental para el progreso económico de una sociedad, aunque cueste reconocerlo y a sabiendas que la mayoría de los ciudadanos y organizaciones lucra. Visto así, el problema es más complejo y no es el lucro en abstracto, sino el acountability que permita medirlo -en personas y organizaciones incluso las sin fines de lucro- para ver el lucro al desnudo. Solo así podremos discutir con información moderna para  así tomar decisiones en forma más objetiva, antes de legislar al respecto.

Omar Villanueva Olmedo
Director OLIBAR Consultores  

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