Fueron 22 países y más de 150 participantes los que asistieron a Brasil para concretar una idea que surgió hace años atrás, de generar un primer encuentro continental de movimientos sociales “camino al ALBA” para mantenerse articulados y trabajar bajo el alero de la Alianza Bolivariana para las Américas.
Con esto los movimientos ciudadanos recogen las propuestas que están levantado los gobiernos impulsores del ALBA, marcando una fuerte diferencia con las cumbres sociales que surgen de forma paralela a las oficiales, como ocurrió hace poco con la Cumbre de los Pueblos que hizo frente a la CELAC, que se realizó en nuestro país.
Rodolfo Machaca, integrante ejecutivo de la confederación sindical única de trabajadores campesinos de Bolivia, asistente del encuentro, relató algunos de los principales acuerdos en pro de la articulación y coordinación para una continuidad futura de la Asamblea.
“Lo primero es constituir una asamblea continental permanente cada tres años. Se va a repetir como base de operación en Brasil, pero la próxima se convocará en Cuba. Como segundo punto tiene que establecerse una secretaría operativa permanente, con un periodo de transición de hasta 5 años, donde se monitoreará a los países de América”, explicó.
Así prospera una alternativa de integración latinoamericana totalmente diferente a otras instancias como la misma Alianza del Pacífico, cuyos gobiernos promueven el libre comercio, la que estos días también ha hecho noticia, con la entrega pro témpore de la presidencia de manos de Sebastián Piñera a su par colombiano, Juan Manuel Santos.
Y pese a esta diferencia ideológica, nuestro país sí estuvo presente en la Asamblea Continental de Movimientos Sociales hacia el Alba con una pequeña delegación de estudiantes, colectivos regionales y trabajadores. El economista, asesor sindical y Presidente de la Asociación de Migrantes por la Integración Latinoamericana (APILA), Manuel Hidalgo, se refirió a los principales acuerdos.
“Ya se han tomado las primeras resoluciones que tienen que ver con líneas de lucha respecto de los conflictos mayores que tienen que ver con la región y que abordan la lucha contra las empresas transnacionales y el capital financiero, contra la militarización de los países y la criminalización de la expresión social, por el tema medioambiental en relación a los cambios climáticos, la defensa del planeta, la solidaridad entre los pueblos”, expuso.
El dirigente afirmó que la distancia a este tipo de iniciativas proviene principalmente del sistema político formal y las instituciones oficiales, pero indicó que existe un movimiento popular chileno en proceso de reconstrucción, que llevan una lucha claramente anti sistémica como la lucha contra la minería o por la defensa del agua.
Dentro del debate se acordaron también una serie de medidas de solidaridad e integración, entre las que destacan apoyar a Haití y a Venezuela, acompañar al pueblo Boliviano en su revolución, luchar contra las violaciones a los Derechos Humanos en Honduras y exigir que se ponga fin a prisión en Guantánamo, entre otras materias.