El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, retomó este domingo su dura retórica para descalificar las manifestaciones contra su gobierno.
Erdogan dirigió dos discursos a sus partidarios, uno en Adana y otro en Mersin, donde fue aclamado por una masa jubilosa en un ambiente propio de mitines electorales.
En Adana se habían producido en la noche del sábado enfrentamientos entre seguidores y detractores del gobierno. En la capital, Ankara, la policía dispersó con cañones de agua y gases lacrimógenos a unos diez mil manifestantes que se habían congregado en la plaza Kizilay.
Miles de manifestantes se dirigían mientras tanto nuevamente a la plaza Taksim de Estambul. “Esperamos a todos los ciudadanos que defienden sus derechos sobre su ciudad, su parque de Gezi y todas sus demandas”, señala un comunicado de prensa emitido por los organizadores de la nueva concentración en la plaza. “Vamos a seguir hasta que se atiendan nuestras demandas”, subraya el texto.