En un paraíso fiscal, Isla de Jersey, fue creada en el 2005 la empresa Zamin Ferrous, firma que no tiene antecedentes de gestión de minas de ninguna clase, pero controla el proyecto Aratirí, que tiene en pie de guerra al pueblo uruguayo.
Aratirí es una iniciativa minera de gran porte que busca extraer 18 millones de toneladas anuales, llevarlas por un mineroducto de 200 kilómetros y a través de un puerto de aguas profundas en la costa oceánica, para venderlo en el mercado asiático con los altos precios que hoy tiene el hierro, lo que hace muy rentable este proyecto.
Esto rompiendo con todos los cánones del desarrollo agrícola de la zona de Cuchilla Grande, tal como indicó Víctor Bacchetta del Movimiento Por Un Uruguay Sustentable.
En este sentido, el dirigente ambientalista explicó que “el problema que en Uruguay nunca hubo este tipo de Minería. Uruguay es un país de la región pampeana, prácticamente cubierto todo el territorio por pastizales naturales que permiten el ejercicio de la Agricultura y es un país en términos minerales a diferencia de otros, como en Chile, Perú, Bolivia. Uruguay es un país pobre en minerales con pequeños yacimientos y de bajo tenor”.
Bacchetta afirmó que además este “es un proyectito” porque dura sólo 12 años, pero implica que una vasta zona del territorio nacional quede devastada y que después no se pueda retomar la actividad anterior por lo cráteres, las pilas de estéril y el embalse de relave, que, afirmó, “serían gigantescos, más para un país como Uruguay”.
Además, la iniciativa se quiere instalar en una zona poblada que sería expulsada del lugar de manera definitiva. Por esto, se han creado un movimiento socio-ambiental de resistencia, formando una alianza que, sostiene, “no tiene precedentes en el Uruguay” y que estaría a punto de detener a la transnacional.
Por esto, Víctor Bacchetta detalló que “como nosotros supimos desde el principio que esto se trataba de un proyecto especulativo, porque simplemente está tratando de aprovecharse de una coyuntura internacional, donde los precios han subido. El hecho de que se generará este movimiento, que la población se informara, que la población empezara a reclamar participación en las decisiones, enlenteció el proceso de aprobación, entonces incluso hoy ya en la coyuntura internacional los precios de Hierro han comenzado a bajar, el proyecto se encarece y hasta es posible que no sea viable económicamente para esta empresa”.
El ambientalista añadió que les fue muy difícil obtener información del proyecto y que tuvieron que hacerlo apelando a una ley de acceso a la información pública. Una vez conseguida, afirmó, pudieron constatar que Aratirí tenía un discurso muy bien armado sobre los puestos de trabajo y los beneficios que traería a la región, pero que no calzaba con la documentación que había entregado las autoridades.
El movimiento se ha extendido a través de las redes sociales y ha logrado movilizar a la población, la que ya suma cuatro movilizaciones nacionales en la capital y diversas marchas locales. Tanto es así que sus dirigentes a Sao Paulo, Brasil, a exponer en un gran encuentro sobre los efectos de la Mega Minería en América Latina que se desarrolló los días 19,20 y 21 de junio.