Poco más de 82 mil estudiantes de cuarto medio se han sumado a la Prueba de Selección Universitaria (PSU), fijada para el próximo 2 y 3 de diciembre. Esta cifra es inferior a los casi 186 mil estudiantes que anualmente participan de este proceso, a sólo diez días de terminar el plazo de inscripción que vence el próximo 31 de julio.

De este número se excluyen los casi 70 mil inscritos que no cursan cuarto medio, que se suman al proceso para ingresar a una universidad estatal. De este grupo, menos de un 10 por ciento se ha registrado en este periodo.

El vocero de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Cones), Moisés Paredes, apuntó la crítica hacia el ministerio de Educación, ya que a su juicio, esta entidad tiene doble misión por potenciar la participación de estudiantes, y favorecer un diálogo inclusivo.

“Es una responsabilidad del Mineduc, dudo que sepan la información o que les importe la cantidad de inscritos, si ni siquiera se ha inscrito la mitad de las personas que debieron hacerlo. El ministerio debe dar la información correspondiente, y tener voluntad política de crear un nuevo sistema de acceso”, indicó.

Ajustes al examen
Para los expertos, las observaciones apuntan a un instrumento de medición económica más que analizar conocimiento. Rodrigo Sánchez, del Observatorio de Políticas Educativas de la Universidad de Chile, indicó que la PSU evidencia que los contenidos evaluados no son incluidos en el programa curricular de la educación pública, lo que aumenta la brecha socioeconómica.

El investigador señaló que “al ser un instrumento estandarizado, tiene relación con el nivel socioeconómico que viene el estudiante. Hay estudios que señalan que los contenidos no surgen en el aula, sino que tienen relación con el hogar, no así con las materias que imparte cierto establecimiento educacional”.

Ernesto Treviño, Director del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la Universidad Diego Portales, destacó que la PSU no mide la calidad del estudiante, ya que ésta se define por el tipo de establecimiento donde cursa su enseñanza media.

Treviño señaló que “la PSU no se justifica como un medio para evaluar la educación en general, menos la educación pública. Tenemos confusión al hablar de calidad, sin tomar las desigualdades de la sociedad. La PSU nos dice el nivel del estudiante. En el caso de escuelas municipales, sabemos que son los más pobres, con condiciones menos favorables para desarrollarse académicamente”.

Juan Manuel Zolezzi, secretario ejecutivo del Consejo de Rectores (Cruch), indicó que existe una agenda de análisis sobre este instrumento, sin que esto signifique cambios al proceso 2013: “Se harán cambios sin mayor dificultad de aquí a fin de año. Hay cosas que tienen que ver con el proceso de admisión, independiente de la PSU, cambios en técnicas o cosas estadísticas. No hay opción de cambios de última hora, se hará lo que se debe, y el Consejo de Rectores busca dar cumplimiento a las indicaciones del informe Pearson, para ajustar la prueba a términos internacionales”.

En la última sesión del Cruch, en Talca, se informó que durante julio se entregarían las indicaciones al Mineduc, en relación a la ponderación de notas del alumno y el Aporte Fiscal Indirecto, fondo estatal que entrega recursos a los planteles que matriculan a los puntajes más altos de esta prueba.