El maquinista del Alvia José Francisco Garzón Amo, de 52 años, fue dado de alta del hospital este sábado donde se recuperaba de las lesiones leves que sufrió en el accidente del pasado miércoles. Durante todo este tiempo ha estado custodiado por la policía, a la que se negó en varias ocasiones a dar explicaciones sobre lo ocurrido y rechazó también ayuda psicológica.
En las últimas horas, tanto el gobierno español como las autoridades ferroviarias apuntan al conductor como responsable de la tragedia. Este sábado, el ministro de Interior dio una rueda de prensa en el lugar del accidente: “Qué duda cabe de que hay indicios racionales para creer que pueda tener una responsabilidad eventual en lo sucedido”, dijo a la prensa Fernández Díaz.
Por su parte, en declaraciones a la televisión pública española, el presidente de Adif, la estructura que gestiona la red ferroviaria, dijo que Garzón tendría que haber frenado antes. Cuatro kilómetros antes de donde se produce el accidente “el conductor ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad”, dijo Gonzalo Ferré.
En las próximas horas se espera que se empiecen a analizar las cajas negras para entender por qué el tren que cubría la línea Madrid-Ferrol llegó a la curva a 190 kilómetros por hora cuando en ese tramo el límite es de 80. De momento, según la policía, todas las líneas de investigación están abiertas.
Además, desde el gremio de los maquinistas se pide prudencia para no caer en conjeturas sin pruebas sobre las causas del accidente hasta que la investigación no esté más avanzada. También hay polémica sobre si el sistema de seguridad y de control de velocidad utilizado en la curva mortal era suficiente, tuvo algún problema o si hubo alguna otra falla que no fuera humana.
30 heridos en estado crítico
42 heridos continúan hospitalizados y 30 están muy graves, entre los cuales hay tres menores. En cuanto a la identificación de las 78 víctimas mortales, según el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, aún quedan tres por identificar. Se trata de los cuerpos más deteriorados y en algunos casos han hecho falta pruebas de ADN.
La mayoría de las víctimas son de nacionalidad española, pero también hay personas de Venezuela, Brasil, Colombia, México, República Dominicana, Estados Unidos e Italia. Este lunes por la tarde se celebrará en la catedral de Santiago de Compostela una misa funeral.