CEPAL pronostica que exportaciones crecerán 1,5% e importaciones 4,5% en la región en 2013

En su documento anual Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2013, el organismo señala que el débil contexto económico internacional sigue afectando el dinamismo del comercio mundial. Se espera que este se expanda a un ritmo de solo 2,5% en volumen en 2013. Con ello, el comercio crecería menos que el PIB global por segundo año consecutivo, lo cual no ocurría desde los años ochenta.

En su documento anual Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2013, el organismo señala que el débil contexto económico internacional sigue afectando el dinamismo del comercio mundial. Se espera que este se expanda a un ritmo de solo 2,5% en volumen en 2013. Con ello, el comercio crecería menos que el PIB global por segundo año consecutivo, lo cual no ocurría desde los años ochenta.

El desempeño del comercio exterior de América Latina y el Caribe refleja la débil coyuntura económica mundial. En 2013 se proyecta un crecimiento del valor de las exportaciones regionales de tan solo 1,5% (3% en volumen y -1,5% en precio), similar a la expansión de 1,4% registrada en 2012. Entretanto, el valor de las importaciones se expandiría 4,5%, con lo que el superávit comercial de la región, que alcanzó los 41.000 millones de dólares en 2012, se reduciría a 8.000 millones de dólares en 2013, según estimaciones presentadas hoy, en Santiago, en un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En su documento anual Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2013, el organismo señala que el débil contexto económico internacional sigue afectando el dinamismo del comercio mundial. Se espera que este se expanda a un ritmo de solo 2,5% en volumen en 2013. Con ello, el comercio crecería menos que el PIB global por segundo año consecutivo, lo cual no ocurría desde los años ochenta.

Se prevé que México y Centroamérica, cuyas ventas externas se dirigen principalmente a Estados Unidos, se vean beneficiados por la incipiente recuperación de este país. Sin embargo, el lento crecimiento europeo frenará las exportaciones de algunos de los países sudamericanos que están más orientados a este mercado.

Los países de América Latina y el Caribe cuyas exportaciones se orientan a China y el resto de Asia probablemente tendrán un mayor crecimiento en volumen pero, al mismo tiempo, un cambio gradual en la demanda desde los productos básicos hacia los más elaborados.

A nivel de países, Paraguay y Uruguay registrarían los mayores aumentos del valor exportado en 2013 (33% y 14%, respectivamente), en gran medida por la fuerte expansión de sus exportaciones de semillas de soja y carne. Al contrario, algunos países de la región registrarían caídas en el valor de sus exportaciones, como por ejemplo Perú (-7%) y Guatemala (-5%). México, el principal exportador regional, registraría un crecimiento de sus ventas externas cercano a 3%. Por su parte, Brasil, segundo mayor exportador regional, vería un estancamiento de sus exportaciones.

El documento también muestra que las ganancias de los términos de intercambio entre 2004 y 2011 contribuyeron a casi la mitad del crecimiento del ingreso nacional bruto en Chile (47%), explicando también aportes significativos en los casos de Ecuador (35%), México (27%) y Brasil (22%). Estas cifras evidencian la excesiva dependencia del ciclo de los precios internacionales de los productos básicos, un rasgo crítico del desarrollo de la región.

Los mega-acuerdos pueden cambiar las reglas mundiales

En su informe, la CEPAL resalta que uno de los principales rasgos de la actual coyuntura económica internacional son las negociaciones mega-regionales, que vinculan las principales redes de producción mundiales: Europa, América del Norte y Asia.

Varias negociaciones mega-regionales en curso están modificando el panorama del comercio mundial. Destacan en ese plano, el Acuerdo Transpacífico de Asociación (TPP), el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión entre Unión Europea y Estados Unidos, la Asociación Económica Integral Regional (que involucra a los 10 miembros de la ASEAN más Australia, China, India, Japón, Nueva Zelanda y República de Corea) y los TLC China-Japón-República de Corea y Unión Europea-Japón. Todas estas iniciativas apuntan a crear grandes espacios económicamente integrados, tanto regionales (en Asia) como transatlánticos y transpacíficos.

Estas mega-negociaciones incluyen temas no regulados por la Organización Mundial del Comercio y que son importantes para las redes internacionales de producción. Su agenda temática se va haciendo cada vez más sofisticada, buscando armonizar las reglas mediante las cuales operan las distintas redes de producción, para facilitar las operaciones de las empresas multinacionales presentes en América del Norte, Europa y Asia.

Las negociaciones mega-regionales en curso probablemente tendrán un fuerte impacto en la distribución geográfica y la gobernanza de los flujos mundiales de comercio e inversión en los próximos años. La magnitud de estas iniciativas podría implicar que hacia el año 2020 se haya producido una verdadera redefinición de las reglas del comercio internacional. Hasta ahora, esta redefinición se realiza al margen de la OMC y sin abordar algunos de los temas pendientes en la agenda comercial que más interesan a los países en desarrollo.

De acuerdo con el documento, producto de estas negociaciones los países de la región, además de una desviación en los flujos de comercio e inversión, podrían enfrentar algunas restricciones en el acceso a las oportunidades de conocimiento e innovación que proveen las nuevas tecnologías. Ello, en caso de primar las posturas que hasta ahora se conocen de parte de los lobbies respectivos en las principales economías centrales.

El fenómeno del mega-regionalismo plantea el desafío de mejorar la calidad de la inserción económica internacional en los países de la región, a lo que ayudaría la gestación de redes de producción subregionales y el avance hacia políticas industriales plurinacionales. Para ello se examina el potencial de algunas redes subregionales de producción y se sugieren políticas que pongan en el centro de la integración regional el aprendizaje sobre clusters y políticas industriales de reciente aparición.





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