Fue en 1996 cuando Teresa Silva Jaraquemada entregó parte de los anteojos de Salvador Allende al Museo Histórico Nacional. A los 39 años la mujer entró al palacio de La Moneda el día 13 de septiembre de 1973, convidada por los militares que estaban resguardando la casa de gobierno.
20 años guardó estos lentes, hasta que decidió donarlos para que fueran parte de todos los chilenos.
Este ejemplo fue el que se siguió para la construcción de la exposición “Memoria y registro, 11.9.73” que se está exhibiendo en la institución cultural antes señalada. En ella se busca poner en valor el recuerdo de los ciudadanos sobre este hecho histórico instándolos a donar algún objeto que represente el momento, como es el caso de los lentes del ex mandatario, o escribiendo sus recuerdos en un gran libro que se encuentra en el recinto.
La exhibición fue curada por el director del museo, Diego Matte, y la subdirectora de patrimonio, Carla Miranda, quien explica que “es la plaza pública la que está invitada y convocada a escribir y donar objetos para el museo y generar ahí una colección”.
Muestra
“Memoria y registro, 11.9.73” se divide en tres secciones. Primero, se muestran registros de prensa de meses antes del golpe de Estado y semanas después de éste, luego se exponen fotografías y videos de 10 personas que contaron su relato durante el 2013, y la tercera parte y final, se exhiben los anteojos del mandatario junto con otros obras y se invita a dejar el registro en cuadernos y vitrinas vacías, dispuestas para ser llenadas por los relatos del público.
“La primera y segunda parte de la muestra es un diálogo cruzado entre la gente y la prensa”, y en seguida “los chilenos que quieran contar algo lo dejan inscrito en este recinto de resguardo”, dice Miranda.
La curadora cuenta que la exposición se basa en relatos orales, que son los fundacionales en la construcción de la historia y que permiten conocer lo que se pensaba antes y lo que se medita ahora respecto a la dictadura militar. “Se trata de cómo una o uno construye su historia y ésta se hace a través de los relatos, obviamente son los historiadores los que toman estos relatos, hacen uno mayor, le dan un orden y sentido, y en ese contexto son los relatos en primera persona los fundacionales para que posteriormente otros, 40 años después, puedan entender en que estaban pensando y cómo pensaron este quiebre institucional los chilenos, ya sea en 1973 o en 2013”.
“Los objetos requieren lecturas y éstas son importantes dependiendo del momento en el que se plantean y de los discursos. Hay veces que aquellos se vuelve fetiches dependiendo del momento en que se instala o se reinterpretan”. Y agrega: “Mientras más hablemos de los que nos ocurrió, más nos podemos sanar y construir una historia con todas las partes, donde todos los relatos contribuyan”, termina la curadora.
“Memoria y registro, 11.9.73” estará en exhibición hasta el 10 de noviembre de martes a domingo de 10 a 18 horas. El valor es de $600 adulto y $300 tercera edad y estudiantes. Los domingos la entrada es gratuita. El museo Histórico Nacional se encuentra en Plaza de Armas 951, comuna de Santiago.