En medio de la crisis por la falta de médicos especialistas en el sistema público, el Ministerio de Salud decretó el cierre de cien becas para médicos recién egresados en consultorios generales urbanos, instalados en poblaciones con índices de mayor vulnerabilidad.
La iniciativa emprendida desde el 2007 fue considerada “poco viable” por la actual administración, según declaró el subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, Luis Castillo.
Para Matías Goyenechea, Director de la Fundación Creando Salud, esto demuestra una poca concordancia de parte del gobierno, lo que afecta principalmente a la población más vulnerable del país.
“Me parece que es una señal completamente contraria a la política que se estaba guiando o que se estaba avanzando en el fondo, de terminar con el autofinanciamiento de las becas y ampliarlas. Eso es un cambio en la política y me parece muy siniestro y muy perjudicial para la salud y para resolver los problemas sanitarios del país en esta situación grave en la que estamos con los anestesistas, los geriatrías y otras especialidades que tienen muy poco acceso en el sistema público”, expresa.
Goyenechea apunta a que no es que existan pocos médicos especialistas, sino que están mal repartidos. En ese sentido, explica que en la actualidad el 56% de las horas médicas disponibles están en el sistema privado, lo que a su juicio se debe a la falta de incentivos para ingresar y permanecer en el sistema público.
A este problema, Esteban Maturana, presidente de Confusam, suma el hecho de que las universidades privadas estarían formando profesionales con una evidente falta de visión de sentido público.
A su juicio, “la solución del problema de la falta de especialistas en la salud pública en general y en la Atención Primaria en particular se resuelve con voluntades políticas. Evidentemente, si se toma la decisión política de decir que vamos a contar con un sistema público con las condiciones necesarias para poder atender la demanda de la gente y contar con los especialistas suficientes en consultorios y hospitales, eso supone a su vez que el Estado de Chile le otorga al sistema de salud los recursos financieros necesarios para poder enfrentar este problema”. Maturana explica que si durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva se destinaba el 3.5% del PIB a la salud pública, hoy ese porcentaje ha disminuido casi a la mitad.
“No hay político que no diga exactamente lo mismo, que la salud pública, que la atención primaria, que los especialistas y que hay que resolver el problema pero, al final, la única decisión que es coherente con este discurso sería entregarle al sistema público los recursos que necesita”, agrega el dirigente.
Matías Goyenechea coincide en este diagnóstico. “La salud en Chile está en crisis y eso es algo que el gobierno ha intentado ocultar o ha intentado poner paños fríos sobre esta situación. Chile gasta la mitad de lo que debiera estar gastando un país de su tamaño en salud pública, entonces tenemos un problema de financiamiento crónico. Por otro lado, al no invertir todo lo que se requiere para construir, para contratar, para tener los insumos y los medicamentos, de los pocos recursos que ya existen hay una gran porción de plata que termina en el sistema privado”, advierte.
Los especialistas coinciden en que la grave crisis en el sistema público de salud requiere de una verdadera voluntad política para ser solucionada, en beneficio de las miles de personas que acuden a hospitales y consultorios para ser atendidas.