Hasta hace poco más de un año, Bo Xilai estaba considerado como uno de los políticos más en boga en el Partido Comunista chino. El ex secretario general del PCC en la megalópolis de Chongqing, en el suroeste del país, era un hombre apreciado entre la nueva élite comunista por su discurso y sus medidas populistas, que se desmarcaban de la retórica habitual del partido.
Sin embargo, su carrera política se truncó brutalmente el año pasado a raíz del enorme escándalo que se desencadenó tras el asesinato de Neil Heywood, un hombre de negocios británico, amigo de la familia. Gu Kailai, esposa de Bo Xilai, fue condenada por haber organizado dicho asesinato y a él también se le acusó de haber intentado tapar el caso.
Bo Xilai tiene ahora diez días para apelar la sentencia. En ese caso, un nuevo juicio tendría lugar dentro de dos meses. “Voy a esperar tranquilamente en la cárcel”, habría dicho Bo Xilai a sus familiares, convencido, según la prensa de Hong Kong, de que un día será absuelto.