En 2009, Melisa Miranda (24) estudiaba Cine en la Universidad de Chile, cuando su madre sufrió un accidente cerebral que la convirtió en una persona completamente distinta: no sabía hablar, no sabía caminar ni tampoco reconocía a su familia. En medio de ese trance dramático fue cuando comenzó a concebir una idea que luego se transformaría en Médula, un documental de 25 minutos que relata el cambio radical que significó el accidente y la nueva relación que debió entablar la realizadora con su madre.
“Fue como un tratamiento que tuve para superar lo que había pasado en mi familia”, explicó a Radio Universidad de Chile.
“Ocupé la herramienta que estaba empezando a aceptar, que era el cine, para curar algo tan íntimo. Yo hago montaje, entonces en este proceso de estar tan perdida con todo lo que había pasado, en el orden que uno da a los documentales, encontré mi tratamiento. Cuando te pasa una cosa tan fuerte entras como en un estado de protección, todo te duele y uno se guarda, pero al ponerme a prueba y ver mi propio proceso, pude intelectualizarlo y entenderlo”, dijo la realizadora, quien ya había trabajado como montajista en El vals de los inútiles (2013), de Edison Cajas, y Perdida hija de perra (2010), de Vicente Barros, entre otros filmes.
La cinta fue presentada como obra de egreso y terminada en mayo de este año. Solo se había mostrado a algunos cercanos, pero eso cambiará la próxima semana, cuando se presente en el prestigioso Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam (IDFA, por sus siglas en inglés), que reúne a casi 100 mil espectadores en la capital de Holanda.
En esta edición, el certamen también presentará otras producciones nacionales: Aquí se construye y El diario de Agustín, de Ignacio Agüero; Los Andes, de Joaquín Cociña y Cristóbal León; Alicia en el país, de Esteban Larraín; y la coproducción chileno-ecuatoriana Abuelos, de Carla Valencia. Sin embargo, será la primera vez en que una realizadora nacional participará de la competencia de estudiantes, que este año integran otros 14 trabajos. La mayoría de ellos son europeos y Melisa Miranda es la única latinoamericana.
“Después de estar desanimada, la última oportunidad fue mandarlo a IDFA. Lo envié, me llegó un correo avisándome que había entrado al grupo de posibles seleccionados y al otro día me llegó otro diciendo que estaba seleccionado. Fue muy chistoso, porque no habíamos quedado en nada, en ningún festival. Médula tiene algo que es bien tradicional, es bien personal y eso no es lo que buscan los festivales de documentales en Chile, buscan cosas más experimentales. Estaba bien decepcionada y justo apareció IDFA. Estuve como flotando unos días, no entendía lo que pasaba y fue todo muy rápido. Creo que cuando esté ahí voy a cachar la dimensión del asunto”, añadió.
La cineasta viajará la próxima semana a Holanda, junto al mismo Vicente Barros (quien oficia como productor), con el objetivo de establecer lazos que les permitan llegar a otros eventos. En Ámsterdam se encontrarán con cuatro funciones de Médula y, a su retorno, la cinta también se mostrará en el Festival de Cine Documental de Puerto Varas Surdocs.