“No pecamos de aventurados”, manifestó la arqueóloga, Paola González en la presentación del texto “Arte y Cultura Diaguita Chilena: simetría, simbolismo e identidad”.
Advirtió que fueron largos años de trabajo con una tesis: “el arte diaguita pertenece, a esta gran tradición cultural aun mal definida y conocida, de los pueblos indígenas sudamericanos que desarrollan un arte visual vinculado al chamanismo”.
“Hay unos relatos muy interesantes en los gráficos, que dicen que en una canción entonada por un chamán a una persona enferma pueden haber hasta más de cien diseños involucrados. Hay un vínculo muy estrecho en lo que es la medicina, el arte y la experiencia chamánica. También los bailan, vemos a los indígenas nativos bailando patrones en el suelo. El sentido de esto, ellos piensan que los diseños son dioses tutelares que le ayudan a mantener el equilibrio y la salud. En estos pueblos caminan unidas la estética y la medicina”, explicó.
La autora explora los antecedentes arqueológicos, etnográficos y etnohistóricos disponibles en torno al pueblo diaguita, para desde ahí, comenzar un proceso de re-comprensión que permita dimensionar, conocer, mirar -más de quinientos años después- algo del mundo que observaba esta comunidad. En el período pre incaico, se plantea un vínculo cultural entre el arte y distintas tradiciones de arte chamánico.
La llegada de los Incas a territorio diaguita y su incorporación al Imperio Inca, dio origen a un gran cambio social, claramente reflejado en su iconografía. Sin embargo, los patrones decorativos de origen pre incaico, continuaron ejecutándose, y los Incas introdujeron mejoras en la tecnología cerámica y producción del color.
Paola González destacó que este arte está orientado al despliegue de expresiones abstractas con complejas simetrías. Por esta razón, destacó la labor de la artista visual Claudia Campos, autora de los diseños que aparecen en el libro.
“Un uso maestro de la proporción, de la matemática, muy cercano a lo que es el arte óptico. Porque se trata de diseños que nos producen una confusión de nuestra percepción. Se juega con los contrastes de colores, con la sensación de positivo/negativo, figura y forma, para en el fondo causar una especie de confusión de los sentidos. Yo lo había dibujado con mis manos, pero cuando entra también la mirada de un artista, la precisión, vamos viendo en todo su esplendor estas grandes creaciones de los diaguitas”, manifestó.
Andrés Troncoso, Doctor en Arqueología, Postitulo en Gestión Arqueológica del Patrimonio Cultural (ambos en la Universidad de Santiago de Compostela) y Licenciado en Antropología de la Universidad de Chile, aseguró que este es uno de esos “libros tesoro” de la arqueología, que valen por su contenido y lenguaje visual.
“Creo que es uno de los pocos libros que hay sobre arqueología e historia que logra cubrir diferentes ámbitos, diferentes niveles de impacto, no quedando solo en un libro técnico. Es un excelente libro técnico, es un excelente libro artístico y un excelente libro de difusión y conocimiento general. De hecho es de esperar que a partir de esa fuerza que propone el libro de Paola ya no nos encontremos más con la pregunta típica de la PSU sobre quién hizo el jarro pato y la respuesta es los diaguitas, sino que las preguntas sean mucho más profundas”, expresó.
En la oportunidad, la agrupación musical “La Chimuchina” ofreció música inspirada en el Pueblo Diaguita. Su composición se basa en la investigación de instrumentos prehispánicos y la continuidad que estos tienen en las tradiciones actuales. Integran conceptos inherentes a las estéticas de los Andes complementados con experimentación e improvisación, así generan una propuesta de arte contemporáneo basado en el acervo patrimonial prehispánico.