El mejor según la FIFA

La FIFA anunció el ganador del Balón de Oro que premia al mejor jugador de fútbol del 2013, pese a los múltiples cuestionamientos hacia los criterios, plazos y resultados de la elección, se decidió mantener la ceremonia. ¿Por qué se otorgan premios de este tipo en un deporte de funcionamiento colectivo?

La FIFA anunció el ganador del Balón de Oro que premia al mejor jugador de fútbol del 2013, pese a los múltiples cuestionamientos hacia los criterios, plazos y resultados de la elección, se decidió mantener la ceremonia. ¿Por qué se otorgan premios de este tipo en un deporte de funcionamiento colectivo?

El resultado benefició a Cristiano Ronaldo, quien en la previa aperecía junto a Lionel Messi como candidatos principales por su avasalladora demostración de buen fútbol. Un peldaño más atrás asomaba el francés Frank Ribery por los logros conseguidos con su club y su destacada participación en ellos.

Ronaldo es pura potencia y eficiencia. El atleta más completo. Veloz y hábil para encontrar los espacios exactos que dañan al rival. Tiene la fortaleza para sobreponerse a las duras marcas actuales y un golpe de balón extraordinario. Técnicamente es casi perfecto. Su 2013 fue excelente no así el de su equipo, el Real Madrid, que debió conformarse con bien poco a lo largo del año. Ronaldo vive para ser el mejor y parece que a veces se juega más de la cuenta en ello.

Messi es impredecible incluso cuando todos saben lo que va a hacer. Posee una explosividad y una capacidad de definición sorprendentes. Su facilidad para habilitar y desplazarse dentro del campo facilitan la labor de sus compañeros y su fiereza para conseguirlo inspira también al resto. Es impresionante como siempre intenta mantenerse en pie cuando lo golpean y como jamás simula una falta. La temporada 2013 tuvo algunas lesiones que mermaron su juego y lo mantuvieron ausente de partidos relevantes. Messi es el mejor del mundo pero no ha sido el mejor año de su carrera. Sin embargo, a su club le ha ido bien y el rendimiento del Barcelona sigue encantando a la mayorìa.

Ribery es rápido, habilidoso y define muy bien. Su despliegue físico le permite competir en lo más alto. Presiona, defiende y ataca siendo fundamental en las dos áreas. Es solidario y pone su juego al servicio del equipo. Con el Bayern Múnich ganaron todo y lo hicieron de manera categórica, lo cual debería haber tenido un peso mayor. Fue el mejor dentro del mejor equipo del año lo cual no puede ser minimizado.

La premiación ha desatado muchas críticas y aumentó de inmediato la absurda rivalidad que alimentan o inventan. Defensores de unos y otros esgrimen argumentos. La vil competencia que nos imponen aparece y se pierde el sentido del juego. ¿Por qué se otorgan premios de este tipo en un deporte de funcionamiento colectivo? Estamos acostumbrados a elegir al mejor en todo. El mejor alumno, el mejor compañero, el mejor empleado, etc. Esta eterna competencia nos tiene enfermos y se nos está haciendo vicio. No entendemos que hay labores que no pueden juzgarse de ese modo. Obsesionados con los nombres propios pensamos que una tarea colectiva se puede valorar sin la consideración total de las partes.

Resulta imposible entender el rendimiento de Messi, Ronaldo, Ribery o cualquier otro futbolista alejados del contexto grupal que los circunda. Las estructuras de los clubes, los cuerpos técnicos y el conjunto de compañeros son verdaderamente importantes. La forma de entrenar, el estilo de juego escogido, la confianza en el proyecto y la sana relación laboral son fundamentales también.

Pero no se trata de negar que existan diferencias. Es claro que hay jugadores que aportan una cuota extra por su talento y capacidad, el dilema a resolver es si resulta constructivo destacarlo de forma individual. Los equipos son los que compiten y lo más justo es premiar los esfuerzos respetando esa misma asociación.

¿Alguien se beneficia con la elección del “mejor”? ¿Tiene esta decisión alguna repercusión deportiva relevante?

Lo único seguro es que fuera del fútbol hay muchos que se enriquecen con esta celebración del egoísmo en vivo y en directo. La FIFA y sus abultadas cuentas, las empresas patrocinadoras y los canales de televisión. Todos ellos olvidan que el espectáculo debe darse dentro de la cancha mientras rueda la pelota y los equipos exponen sus argumentos para quedarse con el triunfo y el campeonato. No lo olvidemos los demás.





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