Coca Rudolphy, Malcolm e Index for Censoship

  • 16-02-2014

En  aquellos días, como podrá leer en el Nuevo Testamento, hablamos de 1982, existía en Londres una institución sin fines de lucro llamada Index for Censorship.

En ella trabajaban idealistas dispuestos a denunciar violaciones a los derechos humanos, fundamentalmente, medios periodísticos, en regimenes dictatoriales. En ese marco caía Alemania Democrática y Chile, por supuesto.

De una forma llegué donde Malcom Coad, periodista del destacado matutino The Guardian, quien formaba parte del  Index y le plantee mi interés de entrevistar personalidades cuyo peso fuese tal, que difícilmente incluso una dictadura como la chilena pudiese censurar.

De la mano de Malcolm, recorrimos a Morris West, Las sandalias del pescador, Peter O Toole, Lawrence de Arabia y Sir Henry Moore escultor y  Premio Nobel.

De yapa sorprendí a la Dallas Joan Collins firmando un libro autobiográfico en Harrods, del célebre Al Fayed una declaración sutil contra el gobierno chileno algo inédito en obtener en aquellas especiales circunstancias.

La corresponsal en Londres de nuestra revista era Loreto Herman, periodista tan brillante como frívola, como uno, que adquiría ciertas cremas especiales que recomendaba a mi directora Mónica Comandari en una boutique la cual administraba Coca Rudolphy. Y la coincidencia, pareja de Malcolm.

La verdad es que en un país de otro idioma, a diferencia de quienes se exiliaron en países hispanoparlantes  o de raíces latinas caso Oscar Castro y su teatro Aleph, Coca solo podía ganarse la vida en esta extravagante boutique.

Fue ella quien me presentó a Joan Turner viuda de Víctor Jara (durante toda la cena paseaba la palma de su mano sobre el fuego de una vela)  y quien me explicó en detalle los efectos de su sordera. Mientras la mía fue adquirida a punta de descompresión de cabinas de  aviones  e hipertensión, la de Coca fue a costa de golpes de culata y de otros elementos contundentes que no quiero imaginar. Coca quedo sorda y estéril después de su paso por los campos de tortura.

Pese a los embates, Coca jamás perdió su dulzura, su atavismo con lo que considera la verdad que la hace solidarizar con la  hija subsecretaria de defensa del torturador.

Cuando hubo ciertas garantías, Malcolm y Coca retornaron a Chile. La actriz montó varias obras de teatro y contribuyó en la formación en el Arte de Talía de  Paz Bascuñán, nieta del ex presidente Aylwin.

Coca es una mujer dulce y buena, y desde estas líneas le quiero dedicar mi afecto, ternura y cariño. Mujer valiente, dolida, humillada pero digna. Y a ti Malcolm, so many years…pero  ya nos  reencontraremos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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