Señor Director,
Tony Benn ha fallecido en Londres. Probablemente pocos lo identifiquen, ajenos que somos a los acontecimientos políticos más allá de la cordillera o de nuestro continente. Los chilenos que vivimos el exilio en Inglaterra, en cambio, no podríamos olvidarlo: junto a otras figuras del laborismo –Judith Hart y Barbara Castle, para nombrar solo algunas-, nos tendió una mano fraterna y solidaria. Tony Benn fue un hombre consecuente con sus ideas, fiel a sus convicciones, defensor de los derechos de los trabajadores, socialista y demócrata. Sin embargo, fue también un crítico leal de aquellas conductas políticas, dentro del propio laborismo, con las que disentía.
“¿Cómo entender el progreso?”, se preguntó en una entrevista reciente. “Todo comienza cuando uno plantea una idea radical, la que es ignorada. Si uno insiste, entonces se dice que tu idea no es realista. Si uno persiste, se le moteja de loco y, si siguiera reiterándola, entonces tu te transformas en una persona peligrosa. Pero al final, concluyó, no hay nadie en las altas esferas que no reclame que fue partidaria de dicha idea desde el principio.”. Quizás esta aseveración nos sirva para entender qué ha pasado en Chile este último tiempo.
Hernán Ampuero
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