Énfasis en las producciones nacionales tiene la cuarta versión de La Rebelión de los Muñecos, el festival de teatro y marionetas que se desarrolla desde este domingo en el Anfiteatro Bellas Artes Viajeinmóvil.
A diferencia de años anteriores, el evento no tendrá invitados internacionales ni concentrará su programación en pocos días. Por el contrario, las siete compañías que participan tendrán temporadas que extenderán el evento hacia fines de junio.
Hasta fines de marzo se presentará María cenizas, de la compañía La Chupilca. Luego, Tryo Teatro Banda, La Llave Maestra, Teatro Ñeque, Teatro de Ocasión y Calaca Loca presentarán montajes como La Tirana, Bestiario, Delirios de papel, Ningún pájaro canta por cantar, El viaje redondo y Angelito. Mientras, los locales Viajeinmóvil llevarán tres obras a escena: Chef, Otelo y Gulliver.
Según Jaime Lorca, director de la compañía, la proliferación de montajes que utilizan marionetas y objetos animados es fruto del trabajo que se ha hecho en las versiones anteriores del mismo festival: “La idea de hacer esta versión nacional es que ha habido una gran cantidad de espectáculos, sobre todo en el segmento de teatro familiar. Nosotros queremos que esta sala se transforme en un polo de creación y esto empieza a tener frutos. Esta es la cuarta versión y siempre hemos hecho talleres, desde donde han aparecido grupos, gente que se empieza a juntar y se lanza a experimentar. Creo que esta es la primera cosecha”, dijo.
“Aunque la sala esté llena, no se financia”
Además de las funciones, el festival contará con instancias de diálogo y reflexión que derivarán en un documento que será entregado a las autoridades en materia de cultura. “Queremos ver los problemas artísticos que tenemos, de relación con el público y de relación con las instituciones, con el Estado. Queremos dar nuestra opinión y entregarla en un documento escrito”, explicó Jaime Lorca.
El realizador ejemplificó con el sistema de fondos concursables, del cual dependen gran parte de las iniciativas teatrales: “Con el sistema actual, todo son pequeños proyectos. Te pasas una mitad del año elaborándolos y la otra mitad, rindiéndolos. Es muy cortoplacista y son saltos pequeños que te dejan casi en el mismo lugar. Cuando son compañías ya dedicadas a producir teatro, hay que pensar en tres o cinco años”, afirmó.
Por los próximos tres años, el Anfiteatro Bellas Artes cuenta con fondos que el Consejo de la Cultura sometió a concurso el año pasado, luego de la controversia por el eventual cierre de espacios como el Teatro del Puente. No obstante, de acuerdo al administrador de la sala, “es un financiamiento que alcanza para insumos, algunos sueldos, publicidad y algo de mantención”.
“Aunque la sala esté llena, no se financia. Ningún teatro en el mundo se financia si no tiene una subvención o un acuerdo con alguna empresa privada, como ocurre con el Teatro Nescafé o el Movistar Arena. Si tienes la sala llena, puedes llegar a un tercio de los gastos totales, porque mantener una sala es muy caro, mucho más que una sala de cine, por ejemplo. Tienes mucha gente preparando una obra que se presenta una vez y después desaparece, entonces requiere de muchas manos”, añadió.
Ante el respaldo que la nueva ministra de Cultura, Claudia Barattini, entregó a la idea de entregar subvenciones permanentes, Jaime Lorca se mostró cauto: “Estoy muy contento de que la ministra lo tenga claro, pero me queda la duda cuando dicen ciertas o algunas salas. Ese punto es muy importante”, advirtió.
Revise aquí la programación completa de La Rebelión de los Muñecos.
Foto: Marianne Deygout / Radio Universidad de Chile.