LAN Chile puede quedar fuera de One World por inminente huelga

Los ejecutivos de la línea aérea, cuyos tripulantes obligados a sonreírle a usted, lo pasan pésimo pero están conscientes: Ninguna compañía integrante de la alianza One World puede acusar una huelga. Si ocurre, por cláusula, queda fuera del conglomerado que ofrece muchas ventajas.

Los ejecutivos de la línea aérea, cuyos tripulantes obligados a sonreírle a usted, lo pasan pésimo pero están conscientes: Ninguna compañía integrante de la alianza One World puede acusar una huelga. Si ocurre, por cláusula, queda fuera del conglomerado que ofrece muchas ventajas.

Tripulantes de Lan Express amenazan con huelga; sus condiciones de trabajo son  miserables y durante la semana pasada, repartieron panfletos explicativos a los pasajeros de Pudahuel apoyados por  sus colegas en Miami que aun cuando son Lan a secas, los apoyan.

La tripulación tiene hasta éste el martes para votar. En caso de concretarse el paro, caería clavado en medio de la Semana Santa pues se hace efectivo diez días hábiles después del veredicto.

Los ejecutivos de la línea aérea, cuyos tripulantes obligados a sonreírle a usted, lo pasan pésimo pero  están conscientes: Ninguna compañía integrante de la alianza One World puede acusar una huelga. Si ocurre, por cláusula, queda fuera del conglomerado que ofrece muchas ventajas.

Un tripulante  de los tantos vuelos Santiago a Punta Arenas cuenta. “Me vienen a buscar a las doce y media de la noche para el vuelo de las dos de la mañana. Pasadas las cinco aterrizamos en Magallanes, a las seis volamos de regreso para llegar a las nueve y media. Hemos viajado ocho horas, escala incluida; nos asignan otras cuatro con un vuelo, por ejemplo,  ida y vuelta a Puerto Montt. Estamos en casa a las cuatro y media de la tarde. Han pasado 16 horas; no hemos comido, sino picoteado.

Señor pasajero. Reloj en mano, controle la situación: Vuelo  Santiago a Puerto Montt. Duración del  entre 80 y 90 minutos.  Primero, esta el protocolo del despegue, luego esperar que el avión cobre altura, se estabilice, a veces postergar el servicio, o suspenderlo, hasta  el cese de las turbulencias. Posteriormente pasar el trolley que ahora no contiene cajitas felices sino dos opciones de cuatro productos lo cual hace más tedioso el servicio. Podrá argumentar un viajero de antaño: “Solían servir comidas y pasar la botella de vino varias veces”. Si, pero la tripulación de cabina era de ocho, no de cuatro.

Con el fin de la cajita, el pasajero accede al derecho titubea, toma o cambia. Hay que servirle agua, jugo, té o café o dos cosas a la vez. Llevamos casi cuarenta y cinco minutos. Las y los sobrecargos, corren la cortina, pican algo, también van al baño y deben de servir comida al piloto y al copiloto. Pasados unos veinte minutos, comienza el protocolo del aterrizaje. Retirar la basura, recoger los audífonos, asegurarse que los respaldos estén derechos y los cinturones ajustados. Aterrizaje. Despedirse de los viajeros y desearle grata estadía.

Veinticinco minutos de escala, descienden los pasajeros, suben los nuevos y se repite la función. La tripulación no tiene descanso. Arriban  a Pudahuel y solo tienen tiempo para movilizarse a otra manga para volar  a un destino similar que ocupe las seis horas restantes. Y sumen el viaje de ida y vuelta, por tierra, a casa.

En Sky las condiciones del personal son peores; en Ecuador Lan se ciñe a las reglamentación local,  peor que la nuestra con el personal de a bordo. En ese país la tripulación solo tiene tiempo para comer, año corrido, un paquete de papas fritas Lay.

Los sueldos que antes eran bastante respetables, no rigen para el recién llegado.

Por eso Lan prepara su paro, justo para Semana Santa. Pero saben que One World pesará más y los ejecutivos cederán a la mayoría de las demandas que no merecen el mayor análisis por lo justas que son.





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