El trabajo colectivo, “Un diálogo para tres visiones”, se remonta a los años en que los tres artistas, Pablo Inda, Álvaro Morales y José Cárcamo, eran compañeros de curso y amigos en el colegio. Desde esa época el dibujo siempre estuvo presente. En esa etapa surgió de manera espontánea una influencia mutua en la forma de ver y comprender la vida, que luego vio plasmada en su trabajo plástico.
Luego de casi 20 años, en que cada uno se desarrolló en diferentes escenarios, decidieron reunirse y planear lo que vendría a ser su primera exposición en conjunto en Factoría de Arte Santa Rosa.
“En la obra gráfica hay tres visiones muy distintas, pero a la vez muy similares, que vemos en el reconocimiento del otro, dentro de lo formal y conceptual, en el color, la forma, las ganas de abrir la conciencia y la imaginación”, indicó Álvaro Morales.
Pablo Inda, trabaja con materiales industriales, como el spray, esmalte y stencil, dejando al descubierto su visión de la pintura heredada del grabado. Para ello utiliza plantillas y series de repetición, acompañadas de alto contraste en la paleta de colores.
“Mi obra habla desde el simbolismo a nivel del ser humano. Habla de la igualdad, por ejemplo, las calaveras son la representación del momento en que todos somos iguales ante la muerte. Como también lo es el mono en el proceso evolutivo. Trabajo con el símbolo como lenguaje de una mirada gráfica y un cromatismo que es intenso entre sí mismo”, explica Inda.
Por su parte, la obra de José Cárcamo va y viene entre lo estructurado y las formas. “En mi pieza dialogan dos aspectos distintos: por una parte es abstracto, experimental, azaroso, y por otro es geométrico, preciso y repetitivo. Pasan cosas entre esos dos lenguajes, pero lo que unifica todo es la intensidad del color. Me gusta que el color hable por sí solo y vibre”, señaló.
Álvaro Morales apela permanentemente al uso de los cuerpos ovalados y a la búsqueda interior, apelando al renacer y al consciente interno: “Mi trabajo nace de la espontaneidad y del juego libre de teoría”, cuenta el artista, quien asegura que “tiene que ver con un espíritu lúdico, con tratar de sorprender al espectador con imágenes, recovecos, ideas para que éste pueda divertirse con las formas y los colores de los cuadros”.
“El común denominador es el vínculo entre las figuras planas, parecido a lo indígena y primitivo, que va acompañado de un fondo en constante movimiento”, indicó.
“Un diálogo para tres visiones” se expone en Factoría de Arte Santa Rosa, ubicada en avenida Santa Rosa 2260, desde el cinco de julio hasta el 10 de agosto.