Una crisis nada espiritual

  • 14-07-2014

Las bolsas del Viejo Continente cerraron la jornada el lunes con cifras positivas, tras una semana de inestabilidad a raíz del remezón del Banco Espírito Santo de Portugal, mediocres resultados empresariales en la zona y el conflicto en Medio Oriente.

El DAX alemán lideró las alzas con 1,21%, seguido del FTSE 100 de Londres, que subió 0,84%; el CAC 40 de París con una suba de 0,78%, mientras que el IBEX 35 de Madrid registró un incremento de 0,64%, levemente por bajo el alza de 0,63 del PSI 20 de Portugal

Sin embargo, las acciones del Banco Espírito Santo (BES), el mayor banco lusitano, cayeron nuevamente 7,48%, luego de la oleada de rebajas de rating de las agencias calificadoras que pusieron en dudas la salud financiera del grupo. Así, el lunes mismo el BES realizó una reestructuración de su consejo administrativo, decisión aupada por los resultados de la sesión en la bolsa lusitana.

El Banco Espirito Santo nació en 1869 efectuando cambio de divisas y juegos de lotería. Tras sus 145 años de historia está estructurado hoy por tres empresas interrelacionadas, en manos de los mismos dueños. Su accionista mayoritario, Espirito Santo Financial Group, tiene el 25% de las acciones y la matriz privada, Espirito Santo International, el 49% de Espirito Santo Financial Group, por lo que es dueña del Banco.

Esta última firma fue la que incumplió con los pagos al BES, dejándolo en sus actuales problemas de caja, aunque la situación tiene origen en malos préstamos por unos US$ 5.600 millones que realizó en el pasado la sucursal de Angola del BES, recursos que, al no estar disponibles, estresan los balances de la entidad.

Sus administradores han admitido que no saben a quién fue ese dinero, ni con qué propósito, así como que fueron colocados casi sin garantías o las que tenían, fueron prematuramente liberadas. Solo el ex administrador del BES en Angola recibió unos US$ 750 millones de euros al amparo de la débil regulación bancaria y  de garantías por 70% sobre los créditos, otorgada por el Banco Central angoleño. En caso de quiebra del BES, los contribuyentes podrían verse obligados a pagar estas operaciones, dado que los agentes tienen dudas que el banco puede mantener su solvencia en caso de una corrida, incluso contando con la enorme garantía del gobierno de Angola.

Maka Angola, ONG contra la corrupción en el país africano, dijo que la enorme garantía otorgada por el Central angoleño era debido al monto de préstamos que el BES ha realizado a poderosas figuras políticas del régimen y que se elevan a varios cientos de millones de dólares. Un segundo problema es que el BES prestó más de mil millones de euros a empresas ligadas a los dueños del banco, lo que implica que, en caso de cualquier impago de aquellas, la totalidad del mismo puede caer en insolvencia. De allí que las autoridades en Lisboa cancelaran la cotización del BES el jueves pasado, cuando sus papeles se desplomaron casi 20%.

Analistas financieros han dicho que los problemas del BES tienen larga data, afirmando que cada vez que el Central Europeo ha inyectado dinero a la banca, los dueños y firmas asociadas  son los primeros en resolver sus déficits de caja, dejando siempre al banco en peor situación. Lo peligroso sería que el caso del Espirito Santo fuera solo la punta del iceberg y que haya más bancos en parecida situación.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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