En conversación con Radio Universidad de Chile, el diputado socialista Leonardo Soto se refirió al consejo programático del pasado sábado. Además, de los lineamientos definidos por el partido para enfrentar sus decisiones durante el Gobierno de Michelle Bachelet.
Otro de los temas analizados por el parlamentario es el rol que el Partido tendrá durante el periodo presidencial. En ese escenario, las definiciones internas y la elección de la nueva mesa directiva aparecen como temas prioritarios en el análisis interno del conglomerado. Para Soto, la propuesta iniciada por diez diputados del PS tiene que ver, principalmente, con que los candidatos a la presidencia muestren adhesión al Programa de Gobierno y las grandes reformas que atraviesas esas propuestas.
“Quisimos no alterar el itinerario electoral, sino privilegiar que exista un Congreso previo a las elecciones. Es fundamental que las autoridades del Partido tengan un marco de actuación y objetivos muy claros”.
Soto valoró la gestión de Osvaldo Andrade a la cabeza del colectivo, y destacó los resultados municipales y parlamentarios alcanzados. “Los objetivos que tenía esa directiva ya están agotados”, explicó.
¿Existe temor que la línea del Partido se pueda apartar de algunas líneas de ciertas definiciones colectivas en la llegada de Camilo Escalona?
El partido no le tiene miedo a lo que puedan plantear nuestras bases o autoridades. El ánimo de estos diez diputados es precisar los apoyos que tiene el programa de Michelle Bachelet. Nosotros queremos apoyo sin matices. Adhesión y fidelidad 100 por ciento. No nos abriga ningún temor, sino la posibilidad de tener un mayor respaldo y masa crítica al momento actual.
A nivel interno nadie ha definido que va a ser candidato. Camilo Escalona no ha manifestado que quiere ser candidato. No estamos en temporada de candidatos. Creemos que estamos en temporada de definiciones programáticos, sobre cuál es el rumbo que el partido tomará en los próximos años.
¿Qué podría pasar con el apoyo del Partido Socialista a la Asamblea Constituyente frente a sectores tan críticos (internos)?, ¿Se corre el riego de qué AC y PS vayan por veredas diferentes?
Ahí, efectivamente, hay divergencias de miradas. El año 2011 el Partido hizo un Congreso. En la oportunidad, el voto de varios de los que hoy somos diputados le pedimos al PS que decidiera cuál iba a ser nuestro mecanismo para la nueva Constitución.
La decisión de la mayoría de los congresales fue que el mecanismo propuesto sea la Asamblea Constituyente en la medida que consideramos que es el mejor mecanismo, el más democrático, el más participativo y moderno que permita elaborar una Constitución legítima enganchada en el alma del pueblo, por eso se votó por ella.
Desde el 2011 a la fecha, hay varios personeros que han buscado matizar esa idea, buscando alternativas. Algunos se han manifestado contrarios a esa idea y eso me llama mucho la atención. Que alguien que aspira a dirigir el Partido esté en contra de la constitución del partido. Esas cosas hay que fijarlas con mayor claridad.
Nuestra idea era fijar un marco de actuación claro en lo programático que debieran respetar quienes aspiren a conducir el Partido Socialista.
En un punto ¿Qué es lo que está en juego con la propuesta de reforma al Binominal que se está discutiendo?
Tener una mayor y mejor democracia. Eso es lo que está en juego, que Chile pueda modernizar su democracia. El sistema electoral es un pilar, es fundamental en un sistema democrático qué tipo o sistema existe, que es el que define cuántos candidatos se eligen, cuáles son los representantes y cómo se llega al parlamento.
El sistema que hoy tenemos, el binominal, es un sistema que viene con botones dorados de la dictadura. Fue creada en dictadura con el fin de subsidiar a los grupos minoritarios de la población. Aquí sin duda, la derecha, sobre todo la UDI, ha tenido un privilegio otorgado por quienes elaboraron este sistema binominal, que es único en el mundo, elaborado a la medida por un sastre militar.
¿Tiene los votos la Nueva Mayoría?
Eso lo sabremos el miércoles cuando se vote. Se necesitan 71 votos, yo ratifico que el mío es favorable en lo general y particular. Según los cálculos que hacemos tenemos 74 votos: 67 corresponden a la Nueva Mayoría y 4 independientes, más 3 de Amplitud.
Creo que es una votación histórica, una votación precedida por una posible mayoría consistente. Ha habido compromisos de todos los jefes de bancada de la colectividad. Esta reforma que pone fin al binominal, que es parte de los compromisos de la Presidenta, es parte del ADN de la Nueva Mayoría.
Si alguno de los parlamentarios vota en contra del corazón de la propuesta, que es el redistritaje y la asignación de escaños, yo entiendo que no debería seguir en la Nueva Mayoría. Y si la Nueva Mayoría no logra sacar esta reforma teniendo una mayoría obtenida en las urnas, no merece seguir siendo una coalición política que se denomine Nueva Mayoría. Habríamos fracasado en uno de nuestros objetivos principales.
¿Cabe posibilidad de que algunos planteen votación en particular?
Es posible que se planteen votaciones en particular, pero en asuntos secundarios. Aquí hay un corazón de la Reforma que es la definición de los distritos electorales que de 60 pasan a 28, se agrandan en tamaño, y la asignación de escaños por distrito.
Yo no concibo que algún parlamentario de la Nueva Mayoría y de quienes suscribimos un pacto con el ministro del Interior, aquí agrego a los independientes y a Amplitud, puedan votar en contra de eso.
Pero hay situaciones laterales que han generado discrepancias que no afectan en forma sustantiva al proyecto, pero sí han llamado la atención en la prensa como el tema de los subpactos, disputa entre la DC y el PS. Ese tema podría ser tomado en particular. Este es casi un problema interno.