El hallazgo fue ratificado por el profesor de la Universidad de North Texas, Jaime Jiménez, doctor en vida silvestre y conservación de recursos naturales y que ha estudiado a este animal. Todo se concretó a fines del mes de julio gracias la información entregada por parte de una familia de del sector de Chiriuco, que fue corroborada mediante la instalación de “cámaras trampa” que captaron imágenes del animal.
La noticia llega en buena hora, ya que este animal está considerado en peligro de extinción, con unos 500 ejemplares que habitan la isla de Chiloé, aunque en los último años también han aparecido en sectores de la cordillera de Nahuelbuta (noroeste de La Araucanía), Lastarria, Chanchán, en el parque Alerce Costero y Oncol ambos en la Región de Los Ríos.
El zorro chilote, es una especie muy escasa, uno de los zorros más raros a nivel mundial. Es conocido también como zorro de Darwin, debido a que este conocido científico fue quién lo catalogó en esa zona por primera vez. Al parecer este nuevo descubrimiento, en una nueva zona, descartaría su denominación de origen.
“Por lo mismo ya no es posible catalogarlo como zorro chilote, sino simplemente como zorro de Darwin (…) El objetivo es estudiarlos para poder conocer sus amenazas y evitar los conflictos que pueden producirse con la ganadería, agricultura y el sector forestal y así poder perpetuar esta especie endémica de Chile” le explicó Jiménez al diario El Austral de Osorno.
Uno de los desafíos que existen con este animal es poder identificarlos ya que se parecen mucho a otros zorros.
El zorro de Darwin habita en zonas más boscosas, tiene el pelaje más oscuro que la Chilla y el Culpeo. Sus patas son más cortas y las orejas las tienen recubiertas por un color rojizo. Se asemejan a un cachorro más que a un adulto.
Otro de los grandes hitos de su descubrimiento tiene relación con tratarse de una población aislada y sin contacto con las diferentes poblaciones que han podido ser ubicadas en nuestro país, debido a las barreras geográficas (ríos) como también hábitats modificados por los seres humanos. Su conservación es indispensable ya que contribuyen a la diseminación de semillas cuando se alimentan de frutos y al control de plagas de roedores.
Entre sus amenazas están la pérdida y destrucción del hábitat en Nahuelbuta y en la Isla Grande de Chiloé, así como en toda la Cordillera de la Costa Valdiviana, además de la caza por parte de los seres humanos y la transmisión de enfermedades.
El último informe de Especies Amenazadas publicado en 2009 (descargar libro aquí), alentaba a denunciar la captura y tenencia de este mamífero, además de acercamientos innecesarios y sobre todo un llamado a no alimentarlos ya que la domesticación por el hombre los torna vulnerables.