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Siglo 21: Gobiernos para una nueva era


Domingo 5 de octubre 2014 16:56 hrs.


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Centrados en el tumulto cotidiano es difícil darse cuenta que los cambios que se están produciendo en el entorno global conducen a una nueva era, donde se incrementa el conocimiento y su circulación, así como emergentes y sorprendentes nuevas tecnologías, productos y  servicios. Es un mundo donde surgen grupos de personas que asumen nuevos roles,  organizados, o no, que presionan por  intereses y necesidades  diferente y en muy distintas  direcciones.

Quienes están en el tumulto se ven presionados a tomar decisiones que parecían eficaces cuando aún no se las habían aplicado, como emplear del gasto fiscal para recuperar el crecimiento  económico. ¿A caso en la segunda mitad del siglo pasado, en varias oportunidades,  y en el 2009 no se quiso recuperar la economía con un gasto de casi 10 mil millones de dólares de las reservas y se logró que la economía se redujera en un 1%? Lo complejo de entender, para quien decide y para quien sufre las consecuencias de esas decisiones, es que gastar en una educación agotada casi obsoleta y carísima o en una salud que ha consumido millonarios  recursos para centrarse casi exclusivamente en las enfermedades, o en viviendas de discutible calidad y poco saludables,  es una majadería que se repite año tras año.  Estos gastos si bien podrían producir aumentos en la demanda interna y algún empleo serán fugaces porque están fundados en un medio interno que cada día mas se aleja del mundo que viene del exterior y al cual el país está tan ampliamente expuesto.

Se echa de menos una “Estrategia Nacional” que oriente el desarrollo del país, en sus principales actividades,  que debiese ser de largo y mediano plazo para evitar los vaivenes y los cambios de dirección que trae cada nuevo gobierno y de sus afanes de cambiarlo todo o de mantenerse inmóviles.

Con modestia pensamos que si los resultados económicos del próximo año se alejan de los que se han manifestado querer lograr y si la economía sigue sin remontar, se reincidirá  en lo mismo, y alejándose del país desarrollado y región que como consultores y ciudadanos todos queremos.

Los resultados futuros de la economía dependerán de las acciones públicas y de las privadas y serán probablemente mejores si se recapacita con humildad y se reconoce que hay que prepararse para una era fundamentalmente diferente, en educación, en salud -no en enfermedades- en neo viviendas & espacios saludables, en rupturistas tecnologías emergentes, en bienestar social solidario, en la incorporación de empresas más acordes con el desarrollo e inteligencia global y cada vez menos en materias primas y commodities de bajo valor agregado y de precios muy variables.

Este futuro no sólo sería válido para el país, puesto  que estudios recientes indican que una gran cantidad de empresas y servicios públicos y privados, en todas partes del mundo,  están obsoletos y dramáticamente al borde de la desaparición. Y una de las causas más posibles está en la escasa preparación que tienen  las clases dirigentes  para sondear y anticipar los posibles futuros que enfrentarán sus organizaciones y elegir la “acción estratégica” más adecuada. Frente a estos escenarios  las instituciones, los políticos y los ejecutivos comprensiblemente tienden  a concentrarse en el día a día y paralogizarse de actuar en relación a lo que debe hacer su organización para sobrevivir en los años que vienen.

Mientras, una nueva realidad se anuncia con irrespetuosas señales e impactos que van a provocar grandes rupturas estratégicas en diferentes industrias en toda la sociedad chilena y al mismo tiempo plenas de oportunidades para quienes se anticipen a esta  nueva era.

Omar Villanueva Olmedo

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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