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Año XVI, 19 de abril de 2024


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La sociedad está enferma de la moral


Viernes 17 de octubre 2014 8:50 hrs.


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Desde hace 41 años una parte de nuestra población así como los responsables del Estado han aceptado que se trate con benevolencia, teniendo en cuenta la monstruosidad de sus crímenes , a quienes fueron los responsables de la muerte de un Presidente de la República, de muchos de sus colaboradores y de un gran cantidad de sus simpatizantes, sin olvidar dos comandantes en jefe del ejército y los sufrimientos infligidos a tantos y tantos otros de nuestros compatriotas.Este acomodamiento de las conciencias no puede ser menos que letal para una sociedad.

Pero esto no es todo. Desde hace 24 años una parte importante de nuestra población ha delegado su soberanía en una clase política que se ha acostumbrado a tergiversar con promesas incumplidas y a transformar sus obligaciones constitucionales en privilegios personales, unos comportamientos en los que una responsabilidad particular recae en quienes se presentaron como los porta-estandartes de una democracia progresista, es decir la Concertación por la Democracia y sus transfiguraciones posteriores. Éstos se hicieron elegir como los restauradores de nuestras instituciones y como los promotores de la justicia social pero se transformaron rápidamente en los administradores de un modelo económico perverso y de unas instituciones heredadas del putschismo.

Pero hay aún más. Nuestros muy grandes empresarios no han encontrado medio màs inteligente para acrecentar sus riquezas que el de constituir duopolios o tripolios en cada sector de actividad. Asì les resulta màs fàcil ponerse de acuerdo para esquilmar a los consumidores y màs eficaz para escapar a la justicia y para paralizar la acciòn del Estado con el chantaje o la amenaza de boicot, cuando no se trata simplemente del soborno de sus funcionarios. Los pollos, las farmacias, los supermercados,la industria pesquera, la celulosa,los bancos,los diarios ,etc, se concentran cada vez màs hasta formar una repùblica de los negocios de estructura piramidal mientras nuestras instituciones y nuestra sociedad se desagregan dìa tras dìa.

Pero eso no es todo. Muchos miembros de nuestras antiguas clases medias afligidos por los despidos masivos y las crisis a repeticiòn de la época de los putchistas perdieron su alma en la bùsqueda desenfrenada de los medios para subsistir. Con la vuelta del régimen civil muchos de los miembros de éstas capas de nuestra poblaciòn perseveraron en los subterfugios que habìan sido transformados en medio de vida. Asì, hay ahora quienes mienten, y se mienten, en la enseñanza llamada superior donde muchas veces los diplomas se compran y no son el fruto de la inteligencia y del esfuerzo.Asì se miente en los medios profesionales obteniendo recursos o/y remuneraciones por actividades imaginarias o inconsistentes. Así, se miente incluso en las declaraciones de impuestos cuando se reparte entre amigos o colegas los montos que declarar con el fin de pagar menos tributos.

Pero hay aún más. En los grupos sociales llamados emergentes , allì donde a menudo prosperan la falta de civismo y la incultura, las actividades econòmicas màs apreciadas son justamente aquéllas donde los mèritos cuentan menos. Se trata del comercio en todas sus dimensiones donde los comportamientos están determinados por las ganancias que se logran o se esperan, y donde la lógica, como ha ocurrido siempre en esta actividad, es la de engañarse entre comerciantes o engañar a los consumidores .

Así,durante estos cuatro decenios , deliberadamente, desde la cúspide de nuestra sociedad, se ha empujado a muchos y muchos chilenos en la pendiente de la degradación moral. Se nos ha presentado la especulaciòn màs desvergonzada y la loterìa bùrsatil, cuando no es el blanqueo de dinero, como unas sanas pràcticas econòmicas. La prensa duopòlica y sus congéneres televisivos se han encargado de zambullir a nuestra poblaciòn en la groserìa , la desinformaciòn y el envilecimiento. El nepotismo en los nombramientos y la apropiaciòn privada de los recursos del Estado se han instalado como hàbitos casi legìtimos. Por fin, la escala de valores sociales ha sido perturbada hasta tal punto que las relaciones humanas, incluso familiares, son tranfiguradas en transacciones comerciales. ¿ Acaso no hubo a comienzos de los años 2000 un Presidente para quien todo se reducía a una relación mercantil entre privados?

Las condiciones están pues reunidas para que nuestra sociedad, ya desintegrada, sacrifique cada uno de sus miembros como presa fácil a los depredadores que la habían atomizado previamente. Asì el objetivo de la demoliciòn de la naciòn y la pulverizaciòn de su Estado serà por fin alcanzado. Y la finanza triunfante podrà agregar una nueva estrella muerta màs en la bandera negra de sus mezquinos designios.

¿ Quién puede sorprenderse pues que desde hace años nuestros jóvenes desfilen sin cesar en este sombrío país en que se ha convertido el nuestro ? Lo sorprendente es que todavìa sean ellos los ùnicos y quizàs por cuanto tiempo.

José Manuel Aguirre Cerda

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