Fuertes críticas se han levantado en contra de la iniciativa de Israel, que anunció la construcción de 1.060 viviendas más en los territorios ocupados, según indicaron medios internacionales.
Benjamín Netanyahu ha hecho caso omiso a los cuestionamientos que se han emitido desde Estados Unidos, ONU y la Unión Europea.
“Lucharemos contra cualquiera que nos dicte condiciones”, advirtió.
La zona seleccionada para la construcción de las propiedades estaría al este de Jerusalén, zona ocupada desde 1967, que fue reconocida como tal en sucesivas resoluciones de Naciones Unidas, es también, un espacio que los palestinos reivindican como capital para su futuro Estado.
Saeb Erekat, en nombre del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), hizo un llamado a la comunidad internacional para que se tomen “medidas decisivas” ante la “evidente intención de Israel de cometer crímenes definidos y punibles por la ley internacional”.
Erekat ha solicitado que se apoye la resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que pone fin a la ocupación en noviembre de 2016 y vetar los productos que procedan de las colonias.
Las viviendas se desplegarían en dos partes: 660 casas en la colonia de Ramat Shlomo y 400 más en Har Homa, lugar que la Unión Europea señaló como uno de los puntos donde no debería avanzar más la colonización si aún se quiere mantener viva la posibilidad de trazar las fronteras de dos países vecinos.
Desde Washington, en un tono similar, los hechos fueron calificados como “profundamente preocupantes” y que serían incompatibles con la búsqueda de la paz.