Acceder a un permiso de trabajo o evitar una posible deportación es lo que busca solucionar esta política. Aunque todavía no tiene el apoyo del Congreso, las competitividades que tiene el Presidente en EE.UU., le permiten plantear este decreto.
La decisión viene a intensificar el proyecto que se había realizado en 2012, en donde se regularizó a 600.000 mil jóvenes. Ahora la medida beneficiará principalmente a los padres de hijos que nacieron en Estados Unidos y a los pequeños que llegaron al país de forma indocumentada.
De todas formas el próximo presidente tendrá las posibilidades de revocar el decreto. Por lo que el remplazante de Obama asumirá la responsabilidad de continuar o no, con el decreto presentado ayer.