El eco de sus historias: sobre “Niños”, de María José Ferrada y Jorge Quien

  • 24-12-2014

Hace un año fue publicado “Niños” (2013, Grafito ediciones), de la escritora María José Ferrada y el ilustrador Jorge Quien. En este libro nos encontramos con 34 poemas ilustrados, donde cada uno tiene el nombre de una niña o un niño y, con una sensibilidad delicada, los autores nos acercan a imágenes y situaciones que refieren a la intimidad del mundo que se construye –como podríamos recordar- en la niñez. Estos 34 niños y niñas nos convocan, también, a recordar a quienes escasamente han sido nombrados: niños y niñas ejecutadas o desaparecidas por la última dictadura cívico militar en Chile.

¿Qué es lo que se nombra en cada uno de estos 34 poemas? ¿A qué se le otorga imagen y palabra a través de este libro? Al encontrarnos con su relato al final, es imposible quedarse indiferente al reconocer en cada uno de los nombres de los poemas, la identidad de estos niños y niñas ejecutadas o desaparecidos. El estremecimiento al cerrar la primera lectura de este libro nos lleva a otros sentidos de esta publicación, capas de significación que nos interpelan a mirarnos, pensar incluso en nuestra propia niñez y en la vigencia de las preguntas que abre.

Entre estos poemas y sus ilustraciones, que circulan como un cúmulo de susurros, podemos involucrarnos en el espacio en que se vivió esa niñez: escuchamos divagaciones silenciosas, aperturas de mundos a través de encuentros iniciáticos con las texturas, los sonidos; decenas de gestos del mundo adquieren un significado especial: las alas de los pájaros, un vidrio empañado, tesoros que descubrimos y que luego nos acompañan silenciosamente.

Luz_Niños_Grafito

 

 

“Niños” tiene algo de atemporalidad, un tiempo al que podemos regresar en alguna dimensión borrosa y en el que podemos reconocer fragmentos de nosotros mismos en la intimidad que genera. Cada ilustración de Quien abre otras aristas del imaginario que Ferrada nos entrega en los poemas, imágenes de zonas traslúcidas, con azules y grises que parecen venir de otro tiempo, nos sitúan con un guiño retrofuturista un par de décadas atrás; una atmósfera que nos señala una coordenada temporal de esos 34 niños y niñas que estamos descubriendo.

La imagen de la escritura en el vidrio empañado que nos presentan en uno de los poemas, me regresa al lugar de nuestra niñez en esos años: un vidrio empañado en una casa donde logramos protegernos, afuera era el frío y la noche, sólo adentro era nuestro refugio de algo que en esa niñez ni siquiera tenía palabra: aquello siniestro que quitó la vida a estos niños y niñas.

El silencio es una dimensión importante en este libro, que deviene de aquello inenarrable y que quisiéramos no hubiera existido; más aún, no hay testimonio posible. ¿Cómo se nombra lo inenarrable? La escritura de Ferrada nos ha mostrado en sus anteriores publicaciones un delicado trabajo con el lenguaje, las palabras y los recovecos del silencio. Simbólicamente, pasaron décadas para que un libro como “Niños” pudiera ver la luz. ¿Cuánto ha tenido que pasar para que seamos capaces de devolverles la dignidad de su nombre, y escuchar estos susurros y canciones que seguramente fueron parte de sus vidas, que les rodearon antes de que fueran asesinados?

Después del bombardeo mediático al que nos vimos expuestos en la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado (como una saturación que nos iba a adormecer), el trabajo de Ferrada y Quien se sostiene por su belleza y profundidad. “Niños” fue lanzado en ese contexto, y el eco de sus poemas e imágenes le hacen permanecer vigente, delicado y conmovedor. La pregunta por la representación en el arte nunca deja de repetirse, ¿cómo representarnos en una obra, las vidas de estos niños y niñas? Nunca lo sabremos desde sus palabras. “ni/ños” significante cortado que, como podemos ver en su portada, nos muestra su sino: las vidas arrebatadas donde no hay reparación posible. Una escritura que se instala en el silencio, este manto sobre el cual no hemos podido referirnos, y hoy tenemos esta posibilidad entrando por la ventana de la ficción sobre estas pequeñas vidas, que llegan como eco hasta hoy.

“Niños” nos enfrenta a la pregunta por ellas y ellos, nos invita a intentar entender qué implica hoy en nuestra memoria y, quizá, preguntarnos por nuestro propio hacer al respecto. Su ejecución y desaparición es un lugar de nuestra historia y esta obra nos convoca a recordarles. No es un testimonio, Ferrada y Quien hacen uso de las palabras, el silencio y la imagen para, quizá, invitarnos a significar sus pequeñas vidas más allá del desolado listado de ausencias del que son parte. Y esa pregunta por su significación es parte de la belleza de este trabajo y también -si estamos dispuestos a escuchar-, algo por lo que podemos agradecer. Sólo haciéndonos cargo de la realidad de su desaparición podemos intentar repensarnos, y algo de eso tiene que ver con la reparación. Esta niñez no tuvo la posibilidad de resistir, pero quienes crecimos en ese período que tanto nos cuesta nombrar también podemos leer “Niños” como una de las formas de la memoria; no podemos dar vuelta la página si no hemos leído la anterior.

Las violaciones a los derechos humanos no refieren sólo al Golpe de Estado, o la última dictadura. Algo perverso sucede con el abuso de la niñez a través de la historia de la humanidad, y hoy mismo sabemos de múltiples problemáticas que dan cuenta de la desprotección de la infancia; sin ir más lejos, las formas de la violencia a las que están expuestos en sus comunidades o en los allanamientos de sus escuelas, los niños de las comunidades mapuche, por ejemplo. Este libro también pareciera ser para ver a estos nuevos niños, los de hoy, que se sorprenden con las estrellas o el vuelo de los pájaros, a la vez que son violentados.

Hoy tenemos condiciones para poder nombrar estos niños. Los autores cuentan que previo a la impresión de este libro, las Abuelas de la Plaza de Mayo comunicaron que habían encontrado a Pablo Athanasiu, quien era parte del listado inicial de niños de esta publicación. Secuestrado siendo bebé por los militares en la Operación Cóndor, sólo hace un año se enfrentó a su verdadero origen. A cada uno de estos niños y niñas es dedicado este libro. Y como la vida a veces se reivindica, cuando pienso en “Niños”, también creo que está dedicado a las niñas y niños que fuimos, y a los de hoy. Acá puedes escuchar en voz de María José Ferrada, poemas de “Niños” escogidos por ella:

Escucha acá Poemas de niños

 

Título: Niños

portada Niños

Autor: María José Ferrada y Jorge Quien

Editorial: Grafito Ediciones

Año publicación: 2013

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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