Tal como se anticipaba la elección del nuevo Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) no tuvo sorpresa y en su Asamblea General Extraordinaria del miércoles en Washington, se impuso el ex canciller uruguayo, Luis Almagro, quien recibió 33 votos a favor y una abstención.
El también ex canciller del gobierno de José Mujica era el único aspirante para el cargo, el cual ocupará desde el 25 de mayo por un período de cinco años. En la Asamblea estuvieron presentes los cancilleres y representantes de los 34 países que conforman la organización a la que pertenecen todas las naciones de América, excepto Cuba.
El nuevo secretario general es un abogado de 51 años y sustituirá a José Miguel Insulza, quien luego de dos períodos de cinco años, abandonará el cargo el próximo 18 de mayo. “Declaramos elegido como nuevo secretario general de nuestra organización al doctor Luis Almagro Lemes”, dijo el canciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales, quien ofició
como presidente de la sesión en la OEA.
En sus primeras declaraciones, Almagro dijo que aceptaba su elección a encabezar el máximo foro del continente, teniendo claridad de que en su gestión va a necesitar el trabajo conjunto y el apoyo de los países miembros.“Acepto esta responsabilidad con la humildad de quien sabe que el éxito de mi labor solo será tangible si al final de mi mandato podemos decir con certeza que la OEA colaboró para que más americanos vivan en paz, más democracia, más derechos humanos, más seguridad y prosperidad”, sostuvo Almagro.
El nuevo secretario general del organismo regional agregó que: “soy un convencido de que el tiempo de una OEA discursiva, burocrática, alejada de las preocupaciones de los pueblos, anclada en los paradigmas del pasado, está definitivamente dando un paso a una OEA del siglo XX1”, indicó.
Respecto del lugar que debe ocupar al entidad a nivel regional, Almagro enfatizó: “se trata de un espacio único no es la Unasur ni la Celac ni Caricom ni SICA ni el Mercosur ni Nafta ni la Alianza del Pacífico. Abarca todo ello y la suma deberá ser más que las partes”.
En este sentido, Almagro dijo que su expectativa no es convertirse en un administrador de la crisis de credibilidad que vive la OEA, “sino un facilitador de su renovación”.
En un análisis sobre el desempeño de la OEA y del secretario general saliente, José Miguel Insulza, el especialista en temas internacionales Guillermo Holzmann, señaló que desde la perspectiva institucional del organismo y de las atribuciones que tiene, Insulza ha realizado un buen trabajo, generando planes de cooperación entre los miembros de
la entidad sobre diferentes materias de interés para los países.
Sin embargo, Guillermo Holzmann señaló que pese al trabajo institucional realizado por la entidad la opinión pública y también los círculos políticos tienen una visión crítica hacia el foro internacional, indicando que la OEA aparece ante la opinión pública como un organismo con pocas facultades y sin capacidad de influir en los procesos políticos conflictivos en Latinoamérica.
Además, el experto internacional indicó que el foro continental atraviesa por un momento complejo, debido en gran medida a la pérdida de relevancia y legitimidad: “la OEA ha perdido predominancia, incluso ha perdido legitimidad desde el punto de vista ideológico toda vez que América Latina se encuentra dividida entre aquellos que están contra de la participación de Estados Unidos en la OEA, como por los países que ven en la OEA un espacio donde estar, pero que no necesariamente les coopera a sus intereses. Organismos como Unasur y Celac aparecen mucho más funcionales, no obstante no logran resultados espectaculares, pero sí logran una mejor colaboración entre los países ante situaciones que afectan a la región”, indicó.
La directora del Magíster en Políticas Sociales de la Universidad Arcis, Francisca Quiroga, dijo que a pesar de que la OEA es el organismo más antiguo y con tradición en los temas más relevantes del continente, no ha tenido la capacidad de modernizar sus estructuras de acuerdo a las nuevas realidades de la región y su relación con el surgimiento de otros actores en el plano diplomático
La académica coincidió con Holzmann en el sentido de que la OEA de hoy se encuentra con un problema de falta de relevancia en la política regional y en el sistema interamericano, indicando que su institucionalidad legal tiene sentido a través de la Corte Interamericana y la Comisión Interamericana de DD.HH. que siguen siendo actores importantes en el ámbito jurídico, pero no desde la perspectiva de la solución de conflictos, para cumplir con algunas de sus misiones, como es mantener la paz y la seguridad y ser un espacio de cooperación.
La profesora indicó que la OEA es el organismo internacional de más tradición en la región, donde a nivel político la Asamblea General sigue siendo el órgano relevante, indicando que desde ese lugar deberían emanar los acuerdos de política pública para implementarlos, porque, según dijo, la acción política está muy restringida.
Entre los desafíos que deberá enfrentar la OEA con Almagro a la cabeza, la docente mencionó que debería producirse “una mayor apertura hacia temas de la sociedad civil y mostrar a nuevos actores en el terreno diplomático en latinoamericano. Creo que se van a realizar transformaciones políticas y presupuestarias. La OEA está en crisis porque hoy no puede sostener su estructura, por lo tanto, los Estados deberán hacer las acciones adecuadas, porque no es posible que dos países aporten más del 50 por ciento del presupuesto. Esto obviamente desnaturaliza a la organización”, indicó.
Cabe señalar que entre los puntos principales que aborda el programa del nuevo secretario general, Luis Almagro, se incluye la prevención de conflictos sociales y desastres natrales, una iniciativa para la interconectividad digital en el Caribe, el establecimiento de la Red Panamericana sobre la Calidad de la Educación, una Escuela de Gobierno y el mejoramiento de la seguridad ciudadana.