Poco después del anuncio de su candidatura, el portal electrónico del Comité Nacional Republicano publicó una imagen en su portada con una foto de Hilary Clinton junto a una señal que reza “Stop Hillary”. Además, desde el domingo pasado se han sucedido mensajes, videos y comentarios en las redes sociales sobre esta postulación.
Es que con este nombre el Partido Demócrata presenta una carta fuerte, que ya se veía venir cuando Hilary Clinton dejó su cargo a inicios del 2013 sin dar mayores explicaciones para, aparentemente, enfrentar una nueva contienda electoral desde que en 2008 compitió en primarias contra el actual mandatario, Barack Obama.
Según señaló el analista internacional Raúl Sohr, en ese entonces Obama se impuso en una votación muy estrecha con una posición progresista y renovada, levantando un programa mucho más atractivo para la juventud. Por lo mismo, indicó que hoy la candidata se está planteando en la escena política haciendo gala de su aprendizaje en la anterior contienda electoral.
“Es interesante que en esta oportunidad, en el primer video que saca Hilary para lanzar su campaña, toma muchas de las banderas que le permitieron ganar a Obama. De alguna manera ella está apelando a ‘las minorías’ que es una forma de decir porque en Estados Unidos le dicen minorías a grupos que son mayoría, como las mujeres, pero las califican como minorías al igual que a los latinos, los negros, entre otros grupos que, si se van sumando, ciertamente son la mayoría del país”.
Y la ruta de Hillary no parece ser errada, cuando la candidata tiene 67 años y, según plantean los analistas, su mayor desafío va a ser llegar a los jóvenes, como lo hizo alguna vez Obama.
Pero dentro de las principales diferencias con el actual presidente destaca el enfoque internacional, ya que Hilary tiene una visión más conservadora. Ella fue partidaria del bombardeo en Libia, uno de los temas de los que ya se están aferrando sus enemigos políticos.
Según sostuvo Walter Sánchez, director del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Hilary Clinton, en su posición de ex secretaria de Estado, tiene el conocimiento de cómo funciona la política exterior, el Pentágono, la CIA, el Congreso y es mucho más respetada en esos círculos. En ese sentido, el académico se refirió a la forma en la que podría enfrentar a otros países potencias.
“Yo diría que Hillary tendría una mayor cautela en sus relaciones con Rusia, particularmente, y en su relación con China. Ella tiene un poco de reservas más típicas de la Guerra Fría en relación al contacto con estos países. Me la imagino con una política un poco más endurecida en cuanto a estos actores, lo cual no es una buena noticia, pero es parte de su libreto, de su propuesta”.
En ese sentido, sin suda su prestigio será una ventaja, afirmó el especialista, pero su trayectoria también le pesará. Además del ataque a Libia y su enfoque internacional, hay otros temas con los que los republicanos ya la están buscando golpear: el escándalo de los correos electrónicos oficiales enviados desde su cuenta personal, y el supuesto dinero cobrado de gobiernos extranjeros.
Pero pese a esta arremetida los republicanos están proclamando una serie de candidaturas, dentro de las que se cuentan dos nombres latinos. El problema de este sector es la pugna interna que vive entre su ala conservadora y aquella de corte religioso, división que se ve como una de las grandes desventajas que tienen los republicanos de cara a los demócratas, que están relativamente cohesionados.
Pero aún queda tiempo, y en este sector ya comienza a sonar con fuerza el nombre de Jeb Bush, hijo del ex presidente George H. W. Bush, por lo que algunos analistas proyectan una elección muy competitiva. Sin embargo, surge otro cuestionamiento: el escaso nivel de renovación de la política en los Estados Unidos, gobernado en 20 años por dos dinastías: Clinton y Bush, con la sola excepción de Obama. En esa línea se pronunció el analista en relaciones internacionales, Sergio Rodríguez.
“No creo que haya muchas diferencias en la política exterior de ningún presidente de los Estados Unidos. Este país actúa como un sistema e importa poco quién sea el presidente. Si se analiza la historia en los últimos 60 años, independientemente de si es un presidente republicano o demócrata, han asumido políticas similares, agresivas a nivel de la región en América Latina y en el mundo. Hay que recordar que en Estados Unidos las presidencias, los gobiernos, se llaman administración porque en verdad lo que hacen los presidentes es administrar el gobierno para las transnacionales”.
Para Rodríguez las elecciones en los Estados Unidos interesan más a América Latina y al exterior en general, que a los propios estadounidenses, puesto que en el país no vota ni siquiera el 50 por ciento de la población.
Finalmente los expertos señalan que aún es muy temprano para adelantar cualquier tipo de resultados, incluso en las primarias, pero advirtieron que si Hilary Clinton llegara a gobernar, lo haría con una mayoría republicana en el Parlamento, lo que podría transformarse en su principal obstáculo.