El cortometraje Locas perdidas, basado en una historia real, cuenta la experiencia de Rodrigo, un joven de 18 años que en 1996 planea escapar de su hogar junto a su pareja, Mauricio (48), tras el allanamiento televisado a la discoteque en la que trabajaba como transformista, temeroso de que su familia lo vea en las noticias.
Desde Cannes, Juricic celebró este doble reconocimiento, que permite “poner en el mapa a Chile” a través de su trabajo y estudios en la Casa de Bello.
El cortometraje fue parte de 18 obras seleccionadas en la categoría Sélection de Cinéfondation, de las cuales sólo dos candidatas eran de Latinoamérica, siendo premiados con el segundo lugar. La premiación se realizó en el Teatro Luis Buñuel.
Además, la obra obtuvo el reconocimiento Queer Palm 2015 en la categoría cortometraje, que se entrega desde el año 2010 de manera paralela al festival de Cannes a las películas de temática homosexual, lésbica, bi o transexual.
Mariana Tejo destacó que “la factura que logramos con nuestro cortometraje, está a nivel de escuelas de todo el mundo”. Además enfatizó en que, a partir de esta oportunidad, “el discurso que estamos planteando está siendo escuchando, estamos logrando que la gente empatice con la historia”. Sobre esto, Juricic agregó que, “lo trascendente acá es sacar a la luz estos temas que tocó a gente de todas las nacionalidades. Varios se nos acercaron después de la proyección a felicitarnos porque llega muy bien el tema. Es algo que acontece en muchas partes, por eso tuvimos esa recepción”.
Ignacio Juricic aseguró que este premio fue sorprendente ya que competían con producciones profesionales con mucho mayor presupuesto. De hecho la obra fue escogida entre 593 postulantes de 381 escuelas de cine del mundo. “Creemos que el reconocimiento se debe a que si bien el tema está enfocado desde una perspectiva local es un tema transversal y está tratado de una forma que el público empatiza con él sin importar de donde venga”.
Junto con ello, reconoció que “las veces que lo hemos mostrado han destacado que está muy bien actuado y con una propuesta en el lenguaje cinematográfico que permite que la gente llegue a él de otra manera”.
Respecto a las temáticas del cine nacional, el director del cortometraje señaló que “todavía hay mucho que hacer, todavía hay mucho que contar. Hace poco mataron a dos estudiantes en la calle, entonces no podemos olvidarnos de las cosas que están pasando. Creo que la Universidad y la carrera de Cine tienen que enfocarse a hablar de estas cosas, que el cine sirva para hablar de las cosas que nosotros creemos son importantes de hablar”.
Desde la carrera de Cine y Televisión, impartida en el Instituto de la Comunicación e Imagen, su director, Carlos Flores, dijo que este tipo de reconocimientos evidencian que “los estudiantes han adquirido un dominio y una comprensión del fenómeno cinematográfico, y por lo tanto han hecho un trabajo serio y con mucha pasión”. Destacó, sobre todo que hayan abordado un “tema al cual son muy cercanos y eso también tiene una gran significación porque la necesidad de ahondar en esos temas que están en nuestra vida cotidiana, trabajar sobre temas que nos importan de manera determinante, eso también es una señal”.
Tejos y Juricic remarcaron el acompañamiento recibido por los profesores de la Universidad de Chile. “Tuvimos la suerte de trabajar con grandes cineastas chilenos como José Luis Torres Leiva, María José San Martín, Soledad Salfate, Roberto Espinoza, Macarena López, profesores que están trabajando en cine y que creen en un cine con contenido.
El equipo del cortometraje estuvo integrado además por Arantza Carrizo en la asistencia de dirección, Danilo Miranda en la dirección de fotografía, Cati Ezurmendia en la dirección de arte y Valentina Ruiz en continuidad y montaje.